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Pregunta

Buenos días Padre Angelo,

Le escribo para pedirle una aclaración sobre la devoción de los cinco sábados del mes que me gustaría practicar. He leído que los elementos principales de la práctica son confesarse, recibir la Santa Comunión, rezar el Rosario y meditar los misterios del Rosario el primer sábado del mes, durante cinco meses consecutivos. Querría preguntarle si el orden en el que he escrito las diferentes fases de la práctica es obligatorio o, por ejemplo, puedo rezar el Rosario antes de recibir la Comunión, o meditar los misterios por la mañana y rezar el Rosario al final del día a distancia de horas de la Comunión. Básicamente querría saber si tengo que respetar el orden de las diferentes fases o si se permite una cierta flexibilidad y lo importante es llevar a cabo todas las fases el sábado. La segunda pregunta es: ¿con la palabra Rosario hacemos referencia a la corona o al Rosario entero con los cuatros misterios?

Gracias de antemano por su tiempo.

Un saludo.

Tommaso


Repuesta del sacerdote

Querido Tommaso,

Aprovecho la oportunidad de tu correo para aclarar no solo el Rosario sino también su contenido y su estructura.

1.     Los misterios (es decir los eventos de la vida de Jesús) del Rosario son 15.

Se dividen en gozosos, dolorosos y gloriosos. Todos juntos, además del Pater y del Gloria Patri, constituyen 150 Ave María. Por esta razón, el Rosario se define también como el Salterio Mariano por analogía con el Salterio de David (presente en la Sagrada Escritura) compuesto por 150 salmos.

Una tercera parte del Rosario equivale a 5 misterios.

Una corona del Rosario es de 50 Ave María. Entonces una corona es una tercera parte del Rosario.

También es claro que rezar el Rosario completo significa rezar 15 misterios y no veinte.

2.     Con la introducción de los cinco misterios de luz por Juan Pablo II, alguien se confundió y empezó a ver el Rosario completo compuesto por 20 decenas.

Por el contrario, Juan Pablo II dijo: “Para que pueda decirse que el Rosario es más plenamente ‘compendio del Evangelio’, es conveniente pues que, tras haber recordado la encarnación y la vida oculta de Cristo (misterios de gozo), y antes de considerar los sufrimientos de la pasión (misterios de dolor) y el triunfo de la resurrección (misterios de gloria), la meditación se centre también en algunos momentos particularmente significativos de la vida pública (misterios de luz). Esta incorporación de nuevos misterios, sin prejuzgar ningún aspecto esencial de la estructura tradicional de esta oración, se orienta a hacerla vivir con renovado interés en la espiritualidad cristiana, como verdadera introducción a la profundidad del Corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria” (Rosarium Virginis Mariae, 19).

3.     Hay que subrayar algunas palabras del santo Papa sobre los misterios de luz. Él dijo: “es conveniente pues”. No dijo: “es obligatorio”.

4.     Además, también dijo: “sin prejuzgar ningún aspecto esencial de la estructura tradicional de esta oración”.

Así que la estructura tradicional del Rosario, compuesto por 15 misterios y por lo tanto por 15 decenas o 150 Ave María, se mantiene sin cambios.

El Papa sabía muy bien que los miembros de la Cofradía del Santísimo Rosario rezan un Rosario entero, o sea 15 misterios, en una semana. Él no ha dicho que ahora tienen que rezar 20 misterios.

Es más, subrayó: “sin prejuzgar ningún aspecto esencial de la estructura tradicional de esta oración”.

5.     Juan Pablo II dio permiso para sustituir una tercera parte con los misterios de luz diciendo: “es conveniente”.

Sí, es conveniente de verdad.

Yo mismo rezo cada día estos misterios. Y me benefician.

6.     La práctica de los primeros cinco sábados introducida con el mensaje de Fátima prevé el rezo de una tercera parte del Rosario, es decir, de una corona de 5 misterios.

7.     Además, la meditación de los misterios no se puede hacer antes de la oración del Padre Nuestro y del Ave María, sino al mismo tiempo de los rezos.

Juan Pablo II repitió lo que ya Pablo VI había escrito en la Marialis cultus: “Por su naturaleza el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso, que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del Corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza” (Rosarium Virginis Mariae, 12).

8.     Durante el rezo de la decena hay que hacer tres cosas:

Primero, se reconstruye la escena mencionada en el misterio.

Y hay que intentar reconstruirla a través de las palabras de la Virgen.

Segundo, se dan las gracias a Jesucristo por el evento realizado a nuestro favor.

Tercero, se pide la gracia a Dios Padre en virtud de los méritos que Cristo nos ha dado con aquel evento y que, durante el rezo de la decena, pone en nuestras manos para que sean el precio con el que acompañamos nuestra oración.

9.     El cumplimiento de estas tres cosas representa la contemplación o meditación de los misterios del Santo Rosario.

Si no hay contemplación, ciertamente se dicen grandes oraciones.

En este caso se puede también decir que uno ha rezado materialmente el Santo Rosario.

Sin embargo, se tiene que añadir que ha faltado la parte más preciosa y más nutritiva: la contemplación.

10. Juan Plablo II recordó que “el Rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración marcadamente contemplativa”.

Sin esta dimensión, se desnaturalizaría, como subrayó Pablo VI: «Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: «Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad» (Mt 6, 7) » (Rosarium Virginis Mariae, 12).

Muchas gracias por tu correo que me ha dado motivo de precisar para muchos visitantes como se reza el Santo Rosario. 

Te encomendaré al Señor y a la  Santísima Virgen en la próxima oración que haré con la Corona del Rosario y te bendigo.

Padre Angelo


Traducido por Melanie Fornari