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Pregunta

Buenos días Padre Angelo.
Varias veces he escuchado la expresión Cristo vivo. Nuestro párroco durante una homilía afirmó que el cristianismo no es una religión fundada sobre una teoría o una filosofía, sino sobre una persona, Cristo, que está vivo. Cómo ha de entenderse correctamente esta afirmación?
Le agradezco y saludo de corazón.


Respuesta del sacerdote 

Muy querida,
1. Lo que tu párroco afirma significa que ser cristianos no es simplemente creer en determinadas verdades, sino también y sobre todo, entrar cada vez más en una profunda comunión con Nuestro Señor, de tal manera de llegar a ser una sola cosa con Él.

2. Dicho de otro modo significa vivir con Jesús, en Jesús y por Jesús.
Con Jesús: en su constante compañía, ya sea que estemos en la calle, que comamos, que durmamos, que trabajemos.
En Jesús: injertados con él de tal modo que  todo nuestro actuar, por más pobre que sea, adquiera un mérito muy grande. Santa Teresa del Niño Jesús decía que sus obras equivalían a cero. Pero cumplidas en Jesús, y por lo tanto con el deseo de dar gloria al Padre a la manera de Él , es como si delante de esos ceros, se antepusiera un uno. Entonces aquellos ceros se convierten en una cifra muy alta y nuestras acciones adquieren un valor enorme.
Por Jesús: hacer todo lo posible para propagar su reino en el corazón de los hombres, por Él, por amor hacia Él.

3. Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos” (Jn 15, 5).
Se trata de una unión vital y no solamente de ideas como las que pueden tener los militantes de un partido con su fundador.
Jesús es el Esposo de nuestra alma. El esposo  da sin cesar al que permanece unido mediante la gracia, su presencia, su corazón, sus pensamientos, sus dones.
Él mismo se define como tal cuando algunos le preguntaron por qué los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban mientras los suyos no, respondió: «Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán». (Mt 9, 15).
Jesús es Aquel que dice: «Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos». (Ap 3, 20).
Es Aquel que está incesantemente golpeando a la puerta de nuestro corazón para que le dejemos entrar.
Quiere estar con nosotros y compartir cada momento de nuestra vida y así darle mérito para la vida eterna.

4. Los primeros compañeros de San Francisco de Asís testimoniaron sobre él diciendo: “en cada momento afloraba en sus labios el recuerdo de Cristo; por lo que los frailes que vivieron con él saben muy bien con cuanta ternura y dulzura le hablaba, con cuán tierno amor conversaba con él…
Estaba de verdad muy ocupado con Jesús.
Llevaba a Jesús siempre en su corazón, Jesús en los labios, Jesús en los oídos, Jesús en los ojos, Jesús en las manos, Jesús en todos los miembros. (…).
Cuántas veces, escuchando o pronunciando el nombre de Jesús, olvidaba el alimento temporal (…), mirando no veía, y escuchando no oía. Es más… (Fuentes franciscanas, 522).

Qué hermoso sería vivir así! Sería el comienzo del paraíso sobre la tierra.
Con el deseo de que puedas alcanzar esto, te bendigo y te acompaño con mi oración.
Padre Angelo.