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Pregunta
Querido Padre Angelo,
el mayor matemático del mundo Terence Tao cree en una “entidad creadora” y afirma: “Pienso que haya habido una entidad creadora, pero no que haya tenido un papel activo en la evolución”. Me pregunto, si Dios es el creador y en toda la creación reconocemos su huella divina, ¿es correcto pensar que en la evolución Él no haya tenido un rol activo? Si así fuera ¿me ayudaría a entender cómo? Gracias, le recuerdo siempre en mis oraciones.
Andrea.
Respuesta del sacerdote
Querido Andrea,
1. Me sorprende la afirmación de este matemático. Reconoce que hay una entidad creadora, que evidentemente es Dios.
Y luego Dios no toma parte de la evolución de las criaturas!
2. Habría que preguntarse : “Estas criaturas tienen en sí mismas el principio de la existencia, o ¿más bien lo reciben de otro?”
Es evidente que no lo poseen por sí mismos, porque de otro modo existirían desde siempre y siempre existirán. De hecho se identificarían con Dios.
Habría por lo tanto que reconocer que el principio de la existencia lo tienen de instante en instante por parte de Otro que es la misma existencia. Y este es Dios.
San Agustín reconocía que “todas las criaturas están tendidas sobre la nada”. Si Dios no las mantuviera de instante en instante se desvanecerían en la nada de donde provienen.
3. En segunda instancia si estas criaturas evolucionan según criterios perfectos de quién reciben este principio y estos criterios para poder evolucionar? También aquí se trata de leyes íntimamente inscritas en su naturaleza.
Se trata de leyes que las criaturas no se dieron a sí mismas, pero que hallan en sí mismas. El autor de estas leyes es Dios.
No entiendo como el matemático no logra comprender esto.
También Kant decía que hay dos cosas que hablan de Dios: la conciencia moral y el cielo estrellado.
Por cielo estrellado se entiende todo el cosmos que se encuentra en un continuo devenir, justamente a causa de las leyes intrínsecas que le ha dado su autor, Dios.
4. San Pablo decía todas estas cosas durante un foro con los filósofos en el areópago de Atenas.
Uno de los pasajes centrales de su discurso fue el siguiente: El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en él no habita en templos hechos por manos de hombre, porque es el Señor del cielo y de la tierra.Tampoco puede ser servido por manos humanas como si tuviera necesidad de algo, ya que él da a todos la vida, el aliento y todas las cosas.Él hizo salir de un solo principio a todo el género humano para que habite sobre toda la tierra, y señaló de antemano a cada pueblo sus épocas y sus fronteras, para que ellos busquen a Dios, aunque sea a tientas, y puedan encontrarlo. Porque en realidad, él no está lejos de cada uno de nosotros. En efecto, en él vivimos, nos movemos y existimos, como muy bien lo dijeron algunos poetas de ustedes: «Nosotros somos también de su raza». (He 17, 24-28).
5. Aquí San Pablo habla de la inmensidad de Dios y al mismo tiempo de su gran cercanía hacia cada uno de nosotros.
Diciendo que en él vivimos, nos movemos y existimos, afirma que su presencia nos rodea y penetra en nuestra más íntima esencia.
Es por esto que San Agustín podía decirle a Dios: “Tu autem eras interior intimo meo et superior summo meo” (Porque Tú estabas dentro de mí, más interior que lo más íntimo mío y más elevado que lo más sumo mío, Confesiones, 3, 6, 11).
Te agradezco de corazón las oraciones que me has prometido. Me hacen falta.
Para que tú también puedas reconocer que en Dios vives, en Dios te mueves (es él quien te da la capacidad de pasar de la potencia al acto en cada instante), y que en Dios existes y así puedas hacerlo comprender a muchos otros, te recuerdo en la oración y te bendigo.
Padre Angelo.