Questo articolo è disponibile anche in: Italiano Español Portugués

Pregunta

Soy una chica de 24 años, y en septiembre comencé un camino de discernimiento vocacional.

Dentro de poco terminaré la universidad y últimamente experimento ansias y tengo muchas preguntas acerca de mi futuro.
Nunca he estado de novia con ningún chico y he comenzado por eso a preguntarme sobre el porqué de esto. Podría ser la llamada a la vida consagrada? O bien sencillamente no encontré a la persona adecuada? O tal vez fui algo apresurada e inmadura en los años pasados, porque muy a menudo no quise conocer mejor a los chicos porque no pensaban como yo en materia de fe y sobre los valores de la vida que para mí son importantes. Cada vez me decía… es inútil comenzar una relación con una persona que sientes que no mira en tu misma dirección, le tomarías solamente el pelo. Si yo me imagino el sacramento del matrimonio  quisiera a mi lado alguien que quiera crecer y busque a Cristo conmigo todos los días, que sea buena, pura, lista a educar a los hijos al encuentro con Jesús y juntos apoyarnos en Él en las dificultades. Pero por otro lado pienso… cómo es que no he encontrado aún a esta persona? Es por mi culpa, o el Señor tiene otros proyectos para mí?
Y luego, cómo puedo saber si soy apta para la vida matrimonial si nunca estuve con ningún chico? Actualmente conocí a uno en un camino de profundización de la Palabra, siento que podría ser el adecuado, pero todavía no nos conocemos bien…
Un día hablando con un sacerdote me preguntó: “tú cómo te ves sin hijos?” De repente estallé en lágrimas. Había pensado en ello muchas veces, pero a partir de entonces siento esto con más fuerza. Pero la maternidad también puede cumplirse con la consagración. Cómo puedo entenderla en mi caso?
Me disculpo por tan largo mensaje y por lo confuso de las preguntas. Es que tengo ansiedad porque en Junio seremos llamados en nuestro camino vocacional a hacer una elección…
Usted qué opina?
Mientras le agradezco por su cercanía y por este valiosísimo servicio, le pido una oración especial para que el Señor y María Madre del Buen Consejo me señalen el camino.

Un saludo de corazón,


Respuesta del sacerdote

Muy querida,
1. apenas hoy he dado con tu mail. Lo siento, y te pido disculpas. En este momento tal vez se haya aclarado algo en tu vida.
El hecho de no haber todavía encontrado un muchacho que sea de tu agrado, no es de por sí un signo de vocación.

2. Hay signos de vocación si deseas estar unida al Señor sin distracciones (1 Cor 7, 35) y
tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu (1 Cor 7,34).
Estos son los signos que Dios mismo da a través de San Pablo.

3. La pregunta que te hizo el sacerdote fue demasiado restrictiva y tal vez mal formulada. Porque si alguien quisiera hacerse monja o entrar en un convento solamente porque no se siente atraído hacia la maternidad o la paternidad yo diría que falta un elemento importante para descifrar la autenticidad de la vocación.

4. De hecho quien se consagra al Señor lo hace en favor de una maternidad y una paternidad más amplia. Y justamente en nombre de esta maternidad y paternidad más amplia se está dispuestos a sacrificar aquella material.

5. Subrayo la palabra: sacrificar. Quien se consagra hace un sacrificio de sí, ofrece todo al Señor. Se trata de un sacrificio hecho con alegría porque se renuncia a algo bueno y santo (porque ya sea el matrimonio como la maternidad son realidades buenas y santas) para obtener todo. Es más, se advierte que no se está haciendo renuncia alguna y ningún sacrificio, al menos desde un punto de vista humano, de la misma manera en que aquel que encontró el tesoro en el campo está feliz de vender todo cuanto posee para comprar ese campo.

6. Hay que recordar que la vocación no solamente viene del Señor, sino que también es un regalo suyo.
Quien recibe un don, se da cuenta del valor especial que tiene, y está lleno de gozo.
De la misma manera quien se pone al seguimiento del Señor de forma más radical es consciente de haber recibido una gracia extraordinaria y por eso al mismo tiempo se siente lleno de gozo. Así pues, el gozo es un criterio de discernimiento para reconocer la autenticidad de una vocación.

7. El hecho de no haber vivido una relación afectiva con un muchacho no es un elemento para decir que no estás segura de la evaluación.
Con ese criterio, entonces también quien se casa tendría que vivir antes varias relaciones con diferentes sujetos porque de no ser así le faltaría el justo criterio.
En cambio todo depende del fuego interior y de la alegría.
Cuando alguien está enamorado de una persona no advierte otro deseo de experimentar, porque ya se siente satisfecho.

8. En este momento de búsqueda de tu camino sigue pidiendo al Señor lo que le pedía David: “Indícame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.” (Sal 143,8).

A tu oración de buen ánimo uno la mía, te deseo todo bien y te bendigo
Padre Angelo