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Pregunta
Querido Parte Angelo,
me sabría decir si la fisiognómica y la morfopsicología, entendidas como ciencias que detectan en el rostro las tendencias de un temperamento, contrastan con la doctrina católica?
Gracias.
Respuesta del sacerdote
Muy querido,
1. no cabe duda de que la constitución físico-psíquica influya sobre las inclinaciones de la persona humana.
Se trata de un dato fijo y hereditario. Únicamente la constitución psíquica puede cambiar parcialmente.
2. Hablando de un dato de hecho fijo y hereditario no significa que se esté excluyendo la libertad del individuo -que bien conoce sus propias tendencias- y quiere vencerse a sí mismo.
3. Es conocido el testimonio de San Francisco de Sales, por todos considerado como el santo de la mansedumbre.
Pero Francisco de Sales no nació manso, con la virtud de la dulzura incorporada. Se lee, en cambio, que tenía una gran sensibilidad. Muy fácilmente cambiaba de humor y tenía explosiones de ira.
“Impulsivo y fogoso” lo definían sus contemporáneos.
Cuando lo insultaban, “su rostro cambiaba de color y se encendía”.
4. Uno de sus biógrafos, E. J. Lajeunie escribió: “Francisco de Sales era un verdadero Saboyardo, generalmente tranquilo y dulce, pero capaz de cóleras terribles; como un volcán debajo de la nieve.
Vaugelas lo escuchó decir que según su naturaleza era llevado a la cólera, pero todos los días se esforzaba por corregirse.
Con este temperamento vivaz y sanguíneo, su habitual dulzura a menudo fue probada; a menudo la cólera hervía en su cabeza, ¡como en una olla de agua sobre el fuego! Le lastimaban mucho las palabras insolentes y desagradables, los gestos vulgares (…) En 1619 en París confesaba que aún tenía arranques de cólera y ¡tenía que frenar las riendas con las dos manos! «Hice un pacto con mi lengua de no decir palabra alguna mientras esté colérico. Por gracia de Dios, pude tener la fuerza de frenar la pasión de la cólera, a la que naturalmente estaba inclinado» (Pr I, 31).
Nosotros vimos la violencia que en ocasiones, tuvo que ejercer sobre sí mismo para no violar este pacto (…)
Y es por pura gracia de Dios, confiaba a G. Rolland, que había adquirido la capacidad de dominar sus pasiones coléricas hacia las que su índole lo empujaba.
Por lo tanto la leyenda de un Francisco naturalmente dulce hay que dejarla completamente de lado.
Su dulzura era pues una fuerza, el fruto de una victoria» (S. François de Sales. L’homme, la pensée, l’action, t. II, p. 118-119).
5. A partir de este hermoso testimonio se puede concluir que es posible cambiar las propias inclinaciones innatas.
6. Adentrándonos más a tu específica pregunta, se pueden distinguir tres principales tipos constitucionales: leptosómico (leptos: delgado, fino), pícnico, atlético.
7. De estos tipos somáticos Anselm Gunther así escribe en su tratado de Teología moral: “El leptosómico es el individuo delgado, esbelto, de perfil áspero y muy marcado. Esta constitución física tiene particular afinidad con la esquizotimia, es decir: con la introversión; el aislamiento de la vida interior con el mundo externo; con la formación de una zona individual bien delimitada, con la adhesión a veces, a ideas y principios alejados del mundo; con la tensión psíquica.
El leptosómico es a menudo hipersensible, o bien insensible y frío.
Puede ser perseverante y tenaz hasta la obstinación, o bien discontinuo y caprichoso.
En este tipo se encuentran el fanático, el idealista alejado del mundo, pero también el tipo enérgico, el voluntarioso, el irremovible, el fiel a los principios.
El leptosómico está comprometido en no perder el contacto con el prójimo y con la realidad que lo rodea, pero también a desarrollar en el buen sentido su propia energía y su fidelidad a los principios aceptados.
8. El pícnico tiene una constitución corporal gruesa y redondeada. A este aspecto físico corresponde la constitución interior ciclotímica.
El ciclotímico es un individuo abierto al ambiente y a las exigencias del momento.
Puede ser alegre y vivaz, o bien sombrío y lento.
En esta categoría hallamos al realista, el que aprecia los placeres sensibles, el humorista, el empírico.
Este tipo tiene que cuidar de no perderse en el ambiente que le rodea y en el ansia de adaptarse a éste, de no dejarse arrastrar ni por un excesivo goce de vivir ni por un blando pesimismo.
9. El atlético: sus caracteres físicos se manifiestan en espaldas anchas, fuerte musculatura, y acentuado desarrollo esquelético.
A esta estructura física se asocia prevalentemente la siguiente constitución psíquica: a diferencia de su prestancia física, la vida interior se caracteriza por una cierta lentitud, que puede manifestarse exteriormente como apática indiferencia, o también perseverancia y tenacidad.
En la cotidianeidad el atlético puede ser tranquilo y enérgico, pero en ciertas circunstancias irritable e inclinado a tener explosiones de ira.
Por supuesto que a él le toca no subestimar u olvidar los valores superiores, sino cultivarlos concienzudamente.
10. Los datos expuestos respecto a los varios tipos de constitución no pueden ser más que genéricos, porque no es nuestra intención presentarlos exhaustivamente, sino sólo demostrar que también a través del ejemplo de los tipos de conformación del cuerpo el importante rol que ejerce el factor físico en el conjunto humano.
Los educadores y los pastores de almas deben indudablemente adquirir ciertos conocimientos de los tipos constitucionales, tratando continuamente de ampliarlos y profundizarlos” (Chiamata e risposta, I, pp. 544-555).
11. Por lo tanto la fisiognómica y la morfopsicología no están en contradicción con la doctrina católica.
Es más, pueden ser de ayuda en la pastoral.
Te deseo una Santa Navidad rica de gracia y paz.Te recuerdo al Señor y te bendigo.
Padre Angelo