Questo articolo è disponibile anche in:
Italiano
Inglés
Español
Francés
Pregunta
Buenos días Padre,
Le escribo porque algunos amigos míos, pertenecientes a la fraternidad de Monseñor Lefebvre, me señalan que el Sílabo es un acto de magisterio infalible, y lo es, sobre todo el documento de Quanta Cura. Estos documentos condenan muchas posturas de la pastoral actual de la Iglesia. Yo no sé qué contestar a estas reflexiones que me parecen correctas. ¿Qué opina usted? Yo creo que la Iglesia no se puede contradecir, pero no logro encontrar una explicación comprensible, tampoco si pongo los documentos en contexto.
Espero su respuesta y le saludo como hermano en Cristo.
Michele
Respuesta del sacerdote
Querido Michele,
1- Estos dos documentos se tienen que leer teniendo en cuenta los problemas de aquel momento, que son muy diferentes tanto desde el punto de vista del pensamiento como de la situación sociocultural. Tomarlos al pie de la letra y ponerlos en práctica hoy es algo equivocado.
2- Juan XXII en la Mater et Magistra publicada en 1961 dijo que “en los tiempos modernos, con este fin se han elaborado y difundido por escrito muchas ideologías (sistema de convivencia): algunas de ellas han desaparecido ya, como la niebla ante el sol. Otras han sufrido hoy un cambio completo. Las restantes van perdiendo actualmente, poco a poco, su influjo en los hombres” (MM 198). Esto era cierto casi cien años después de los documentos de Pío IX. Y es aún más cierto hoy.
3- Y no es cierto solo porque lo dijo Juan XXIII, sino porque así son las cosas. Vivimos en una sociedad profundamente distinta de la en la que vivía Pío IX. Tratar el presente como si fuera el presente de hace 160 años es anacrónico.
4- Además, sin cuestionar la autoridad de los documentos de Pío IX que usted ha citado, tenemos que decir que no se puede meter todo en el mismo saco. No todas las condenas que aparecen en los documentos tienen el mismo contenido. Algunas se refieren a la Divina Revelación, otras tienen por objeto corrientes de pensamiento del tiempo, que hoy ya no se siguen. Por ejemplo, me refiero a la proposición 76 del Sílabo, que condena quien afirma que “la supresión del poder civil que posee la Sede Apostólica contribuiría mucho a la libertad y prosperidad de la Iglesia”. Ni siquiera Pío IX quería excomulgar a quienes pensaban de manera diferente. Este es un juicio prudencial de la Iglesia desde el punto de vista de aquella época histórica.
5- ¿Qué sentido tiene oponerse a un mundo o una realidad que no existe? Si puedo te aconsejo que no pierdas tiempo en estas conversaciones que sólo sirven para desapegar de la Iglesia y para impedir el progreso de la vida espiritual que siempre tiene que avanzar también en medio de la dificultades que la Iglesia enfrenta hoy.
6- Este progreso sólo tiene lugar a través de la caridad. Cuando esta falta, tanto en los juicios como en la disciplina (incluyendo la obediencia al Romano Pontífice y la plena comunión con él), es una clara señal de que no se está llevando un buen camino.
Esta es mi opinión. Te deseo lo mejor, te encomiendo al Señor y te bendigo.
Padre Angelo
Traducido por Melanie Fornari