Questo articolo è disponibile anche in: Italiano Inglés Español Portugués

Paz, Padre.

¿Cómo está?

María es Reina de toda la realidad (siendo ella Gebirah): ¿qué papel tiene ella en relación con Jesús, dado que son Reina y Rey?

La Gebirah judía no tenía el mismo papel que el rey, ¿verdad? Si es así, ¿qué distinguía al rey y a la reina, y cómo impacta esto en la realeza celestial de Dios y María más adelante?

¿Hay alguna referencia a María Reina ante el Concilio de Éfeso?

Muchas gracias.

Le deseo un buen y bendecido domingo.

Martín

Respuesta del sacerdote

Querido Martin,

1. ¿Quién es la Gebirá?

En Israel, la Gebirah era la reina madre. Tenía un poder muy grande como se desprende de 1 Reyes 2,19-20: “Betsabé fue a presentarse al rey Salomón para hablarle de Adonías. El rey se levantó, fue a su encuentro y le hizo una inclinación. Luego se sentó en su trono, mandó poner un trono para la madre del rey, y ella se sentó a su derecha. Entonces ella dijo: «Tengo que hacerte un pequeño pedido; no me lo niegues». El rey respondió: «Pide, madre mía, porque no te lo voy a negar».”

2. En el Nuevo Testamento la Virgen es alabada por Isabel, que en aquel momento quedó llena del Espíritu Santo con estas palabras: “La madre de mi Señor” (Lc 1,43).

Ese Señor en el Apocalipsis es definido como “el Rey de los reyes y Señor de los señores” (Apocalipsis 19:16).

María es, por tanto, madre del Rey de reyes y Señor de señores, “del Príncipe de la paz” (Is 9,6), de aquel que “reinará sobre la casa de Jacob para siempre” (Lc 1,32).

Con estas últimas palabras: “El Señor Dios le dará el trono de su padre David y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin” se le confía a María una misión real. Es la madre del Rey de Reyes con título completo de Reina Madre, de Gebirah.

Incluso Isabel dice: «¿Por qué debo que la madre de mi Señor venga a mí?”, ya que “mi Señor” es de naturaleza real, hay un reconocimiento implícito de la dignidad de María: ella es la reina madre, la Gebirah.

Es como si Isabel hubiera dicho: «¿Por qué tengo a la Reina Madre viniendo a mí?».

3. Se ha señalado que la Gebirah, la reina madre, como tal tiene un papel oficial, lo que conlleva dignidad y poderes especiales, que no pertenecen a la reina novia.

La Gebirah es la señora y es paralela a Adòn (Señor) que en hebreo no tiene el femenino.

4. Ya hemos notado que Salomón hizo que su madre se sentara a su derecha.

En el antiguo Oriente, sentarse a la derecha del rey era lo mismo que poseer el mismo poder (evidentemente delegado) el mismo poder que aquel a cuyo lado se estaba.

A Caifás que ruega a Jesús que le diga si él es el Cristo, el hijo de Dios, Jesús proclama su divinidad ante la más alta asamblea de la nación, respondiendo así: “Tú lo has dicho. Además, les aseguro que de ahora en adelante verán al hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir sobre las nubes del cielo.” (Mt 26,64).

Esta expresión recuerda el Salmo 110, que comienza así: «Dijo el Señor a mi Señor: 

«Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies».» (Sal 110,1).

Aquí es el Padre quien habla al Hijo y reconoce en él un poder soberano igual al suyo.

Asimismo, leemos en Marcos 16, 19: “el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios”.

5. Todas estas expresiones dejan claro que la reina madre tiene un poder tan grande como el del Hijo, con esta diferencia: que ella lo recibió del Hijo, mientras que el Hijo lo tiene por sí solo.

6. Me pides una declaración que hable de María como reina ante el Concilio de Nicea. Aquí está: la tenemos incluso en la Sagrada Escritura. Así como Beerseba es la reina madre porque es la madre del rey Salomón, así María es la reina madre porque es la madre de aquel que es el Rey del cielo y de la tierra.

7. Y para que en el nombre (ante la presencia, nota del editor) de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua proclame: “para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor»” (Flp 2, 10-11), así también la realeza de María se extiende en el cielo, en la tierra y bajo la tierra.

Con razón, por tanto, se la llama reina del cielo y de la tierra.

8. La oración mariana más antigua “Bajo tu amparo buscamos refugio, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas de nosotros que estamos en prueba, mas líbranos siempre de todo peligro, oh virgen gloriosa y bendita” es del siglo III y por tanto es anterior al Concilio de Nicea que data del siglo IV (325).

Esta oración implica la realeza de María cuando es llamada: Santa Madre de Dios, Ella es la Reina Madre.

Te agradezco desde el fondo de mi corazón por darme la oportunidad de hablar de esta hermosa realidad, del poder que le dio Aquel que desde la cruz nos la entregó como Madre nuestra para asistirnos y proveernos en todo.

Con la esperanza de que puedas aprovechar siempre este servicio real, te bendigo y te acuerdo en la oración.

Padre Angelo