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Pregunta

Querido Padre Angelo buenos dias,
Soy un sacerdote, estuve discutiendo sobre una cuestión de Mariología, disciplina en la cual no estoy muy instruido. Surge la siguiente cuestión: Se puede definir a María como Santísima, visto que el término Santísimo está reservado al Santísimo Sacramento y a la Santísima Trinidad? Si bien es cierto que las oraciones y los documentos del magisterio la definen como tal, no le parece que sería sobrevalorar a una criatura humilde y sumisa como la Beatísima Virgen?

Gracias. 

P. Tiziano. 


Respuesta del Sacerdote

Querido Padre Tiziano 

1. Es verdad que Maria es venerada con el título de Santísima y es el mismo título que se le da a Dios. Sin embargo existe una diferencia fundamental: Dios es Santísimo por naturaleza, Maria en cambio es santísima por gracia.

Además la santidad de Dios no es creada y es infinita, mientras que la de Maria es creada y por cuanto pueda ser excelentísima no iguala nunca la de Dios. 

2. No debemos asombrarnos de este título porque a nosotros también se nos ha dado un título que es propio de la segunda persona de la santísima trinidad y es propio de Cristo: el hijo de Dios.

Pero mientras Cristo es hijo de Dios por naturaleza nosotros somos hijos de Dios por gracia, por adopción. 

3. Santo Tomas hablando de la santidad y de la dignidad de Maria dice: “la bienaventurada Virgen por ser Madre de Dios, tiene una cierta dignidad infinita que le proviene del bien infinito que es Dios. Y en este sentido, nada se puede hacer mejor, pues nada puede ser mejor que Dios (Somma teologica, I, 25, 5, ad 4). Como ves no dice infinita sino “cierta dignidad infinita”.

4. Se usa el mismo lenguaje en Speculum B.V.M. considerado por mucho tiempo de S. Buenaventura: “Ser madre de Dios es una gracia tal que Dios no puede hacer una más grande. Él podría hacer un mundo y un cielo más grande; hacer una madre más grande que la madre de Dios es imposible incluso para Él”  (Speculum B.V.M., lib. X).

5. Santo Tomás especifica que a la Virgen Maria no se le da un culto de latría que es exclusivo a Dios, pero al mismo tiempo se le da un culto superior al de todos los Santos. 

“Al ser la latría debida exclusivamente a Dios, no se debe a la criatura. A ésta la veneramos en cuanto criatura por sí misma. Aunque las criaturas insensibles no sean capaces de veneración por sí mismas, sí lo es en cuanto tal la criatura racional. Y por eso no se debe culto de latría a ninguna pura criatura racional. En consecuencia, por ser la Santísima Virgen una pura criatura racional, no le es debida la adoración de latría, sino sólo la veneración de dulía; de forma más eminente, sin embargo, que a las demás criaturas, porque ella es la Madre de Dios. Y por eso se dice que se le debe no cualquier dulía, sino la hiperdulía (Somma teologica, III, 25, 5).

6. Poco después agrega: “A la madre del rey no se le debe el mismo honor que al propio rey. Le espera sin embargo un honor similar dada su excelencia” (Ib., ad 1). Y cita a San Agustin cuando dice: Es justo que el trono de Dios, el tálamo del Señor del cielo, la casa y el tabernáculo de Cristo, es digno de estar donde está (Tratado sobre la Asunción). 

Ahora la Virgen es el trono de Dios, el tálamo del Señor del cielo, el tabernáculo de Cristo, es justo que se le de un honor similar. 

7. El culto a María se da en una línea que es superior a la de los Santos.

El Concilio Vaticano II subraya la diferencia de gracia entre la Virgen María y los demás Santos: “María está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo, extraordinaria aventaja con creces a todas las otras criaturas, celestiales y terrenas.” (Lumen gentium 53).

Te agradezco por haberme dado la oportunidad de hablar de la Virgen María y de su incomparable santidad. 

Te recuerdo al Señor y te deseo un Ministerio fecundo. 


Padre Angelo