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Pregunta
Querido Padre Bellon,
¿me podría explicar que es la fraternidad sacerdotal dominicana?
Gracias.
Que el Señor lo bendiga.
Giampaolo

Risposta del sacerdote

Querido Giampaolo,
1. tiempo atrás en nuestra Orden se podían distinguir una primera Orden, formada por frailes sacerdotes y frailes no sacerdotes (colaboradores, estudiantes, novicios).
Luego había una segunda Orden, formada por la Monjas de clausura, algunas de las que estaban bajo la jurisdicción del Obispo y otras bajo la del Maestro de la Orden.
Estaba además el grupo de los terciarios en el que confluían diferentes categorías. Estaban las religiosas de vida activa, los laicos, llamados simplemente terciarios, y también algunos sacerdotes diocesanos, obispos o cardenales que se hacían terciarios.

2. Ahora se habla de orden dominico y de familia dominicana.
A la Orden dominica pertenecen los frailes, las monjas y los laicos – terciarios.
La palabra terciario fue usada prácticamente durante toda la historia de la orden (desde el 1300 hasta el 2000) y por lo tanto no es impropia.
Santa Catalina era terciaria en el verdadero sentido de la palabra.
También Pier Giorgio Frassati formó parte de los terciarios dominicos.
Pertenecen a la Orden todos los que están bajo la inmediata jurisdicción del Maestro de la Orden.

3. Todos los demás -ya que dependen directamente de otros superiores, distintos del Maestro de la Orden- pertenecen a la Familia dominicana.
Así es para la Hermanas dominicas de vida activa y también para los sacerdotes diocesanos que en el pasado se hacían terciarios.

4. Estos últimos hoy en día, no están configurados como terciarios porque tienen un estatuto y una Regla propia, diferente a la de los laicos terciarios y se configuran como miembros de la fraternidad sacerdotal de Santo Domingo.

5. He aquí cómo las presenta el sitio oficial de nuestra Orden:
1) Las Fraternidades Sacerdotales de Santo Domingo están formadas por sacerdotes diocesanos formalmente afiliados con la Orden de los Predicadores (Dominicos) a través de la profesión de una regla de vida con la que buscan vivir la perfección evangélica, bajo la guía de los frailes dominicos.

2) El origen de las fraternidades dominicas se encuentra en la Tercera Orden de Santo Domingo, formado por sacerdotes y laicos.
A partir del año 1968 en la Orden ya no se habla más de primero, segundo y tercer orden y fueron promulgadas leyes diferentes para laicos y sacerdotes con su correspondiente constitución de fraternidades separadas.
Actualmente, las fraternidades dominicanas, existen como asociaciones diferentes respecto a las Fraternidades laicales, con una propia regla de vida y bajo la guía de la Orden viven el don de la espiritualidad de Santo Domingo en el contexto específico de los sacerdotes diocesanos.

3) Los sacerdotes de las fraternidades sacerdotales de Santo Domingo son miembros de la Familia Dominicana.
Reciben asistencia espiritual por parte de la orden con lo que de hecho participan de la gracia y la misión de la Orden a beneficio de la Iglesia local y universal.

4) Junto a la gracia especial de la Ordenación por la que el sacerdote cumple los actos propios del sagrado ministerio, la profesión en la Orden le confiere una ayuda espiritual como miembro de la Familia Dominicana con la que comparte la gracia y la misión de la Orden a beneficio de la Iglesia local y universal, dejando que el sacerdote diocesano pueda vivir libremente su servicio ministerial bajo la jurisdicción de su obispo.

5) Los sacerdotes que se unen a la Orden, de esta manera quieren formar parte de la Familia Dominicana: “tratan de vivir el espíritu de Santo Domingo”, de caminar hacia “una más perfecta vida apostólica” de modo que a través de la asidua contemplación de Dios, del estudio continuo de las Escrituras, de la ferviente oración y de la pobreza voluntaria, refuercen su fe y su espíritu apostólico gastándose para la salvación de “toda criatura” hasta “los extremos confines de la tierra” (cfr. Regla de las Fraternidades Sacerdotales de Santo Domingo).

6) El sacerdote diocesano dominico, vive una vida consagrada a Dios no sólo en virtud del bautismo y de la ordenación sacerdotal, sino también por el espíritu y la misión de la Orden de los Predicadores.
El sacerdote depende de su Ordinario, pero entra en una nueva relación con la Orden y con los hermanos sacerdotes de la fraternidad.
Después de su solemne promesa de vivir según la Regla de las fraternidades sacerdotales de Santo Domingo, por el resto de su vida será un miembro de la familia dominicana.

7) Concretamente el sacerdote se convierte en miembro de un capítulo, esto es de una fraternidad local ligada a un convento de frailes participando a reuniones periódicas con otros miembros de la Fraternidad para compartir días de reflexión y profundización en el diálogo y en el estudio teológico.
Gracias a la riqueza de esta nueva forma de vivir, bajo la guía de la Regla de la fraternidad y del directorio particular de su capítulo, el sacerdote tiene la ocasión para crecer en su vida personal de oración y de buscar una mayor perfección espiritual.
Además participa de los beneficios espirituales de la Orden y colabora con los frailes, monjas, religiosas, laicos y otros miembros de la Familia Dominicana con su vida y su ministerio en la diócesis.Te agradezco por la confianza, te recuerdo al Señor y te bendigo.
Padre Angelo