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Querido Padre Ángelo,
Permítanme presentarme: soy una oveja perdida que lleva demasiado tiempo alejada de Dios.
Nací en una familia católica, con abuelos especialmente devotos, aunque tres murieron antes de que pudiera conocerlos plenamente; la única abuela con la que crecí era una ferviente devota de la práctica del Santo Rosario y de la Santa Misa a la que acudía todos los días que podía.
Desde pequeño vi a Dios y a la religión con cariño, por un lado, porque me fascinaba Dios y lo sagrado (siempre me han gustado las letras de la Biblia y las clases de religión), y por otro lado me parecía que estar con Él (la Santa Misa, la comunión después de la confesión, el rezo de las oraciones) era una obligación de mis padres de la que yo, maldito rebelde, intentaba huir y evitar lo antes posible, prefiriendo ir a dar patadas a una pelota con mis amigos.
Después de los 11 años, una vez hecha la primera comunión, le di a mi abuela el inmenso disgusto de decidir alejarme de la Iglesia y, por tanto, de Dios, iniciando un tortuoso y oscuro camino lleno de peligros, en el que ingenuamente y con la imprudencia de un niño me lancé sin querer… Me convertí casi en un ateo y siguiendo a las filosofías materialistas y negadoras de Dios; perdí el contacto con lo divino, sólo busqué la materialidad, el entretenimiento, la violencia ideológica y el avasallamiento del individuo…. uno de mis compañeros de ruta murió por suicidio, otro intentó suicidarse y ahora va y viene del hospital y de las clínicas de rehabilitación, otros se han quedado en el fango de las tinieblas… algunos (la minoría) como yo, con una familia más sólida detrás, se salvaron y las tinieblas no lograron atraparlos ni hacer desgaste… yo logré graduarme, conseguir un trabajo fijo… encontrar una buena compañera capaz de amarme y permanecer a mi lado… en fin, sentar cabeza…
Les escribo a todos ustedes, Padre, porque:
1 es una cosa buena para mí.
2 porque en virtud de estas experiencias y de otras que he podido tener sin ser víctima de ellas gracias a la protección de las almas difuntas de mis abuelos, de mi tío, de mi ángel de la guarda y de Dios que me vigilan desde allá arriba, he decidido acercarme primero a la Divinidad interesándome por Oriente y sus prácticas, pero ahora, habiendo comprendido con las debidas claves, consciente del ejemplo de devoción piadosa de mi santa abuela que ha quedado indeleble en mi corazón como ejemplo de pureza e inocencia, he decidido pedir a la Santísima Virgen y al Glorioso Príncipe de la Milicia Celestial San Miguel su intercesión ante Dios a través del Rosario y la coronilla angélica, comprobando que me hace bien.
3 he decidido volver a abrazar a Dios, confesándome y comulgando para la próxima Semana Santa, aspirando a confirmar mi cristianismo con la Confirmación.
Ahora en virtud de las líneas anteriores estaría interesado en contribuir a la cofradía con el rezo del Santo Rosario; sólo que no sé a qué obligaciones y deberes tengo que someterme… ¿Es suficiente el rezo de los tres misterios (gozosos, gloriosos y dolorosos) en una semana? ¿La suscripción es gratuita? ¿Tengo que firmar papeles? ….
Gracias de antemano
En Cristo
Claudio
Querido Claudio,
1. Cuando estabas en la preadolescencia, te faltaba alguien que te acompañara en las prácticas de la vida cristiana con una catequesis adecuada.
Cuando uno no sabe lo que va a hacer en la misa, cuando participa en ritos que son esencialmente signos y no entra en la realidad indicada por ellos, es fatal que estas realidades en sí mismas muy preciosas se vuelvan aburridas para un chico.
2. Así, tu historia se ha asemejado a la de tantos otros que han querido experimentar el alejamiento de la casa del Padre y vivir como hijos pródigos empobreciéndose interiormente, perdiendo su tiempo y su energía.
El triste final de algunos de tus compañeros y el recuerdo límpido y luminoso de tu abuela te hicieron recapacitar para iniciar un viaje de regreso.
3. La fea historia que has vivido debe convertirse en una gran lección de vida para ti: sin Dios, sin la perspectiva de una vida trascendente, el hombre no sabe a dónde va.
Vagabundea como un vagabundo, bebiendo de cisternas agrietadas que nunca pueden satisfacer la sed de verdad y plenitud de vida que hay en lo más profundo de su corazón.
Y uno no sólo no sabe a dónde va, sino que ni siquiera sabe quién es. Le parece que es simplemente un conjunto de emociones en busca de alguna satisfacción efímera dentro de una realidad sin sentido porque uno vive sin saber por qué, sin saber a dónde va, sin saber quién es y para qué ha venido a la existencia.
4. También querías profundizar en las filosofías orientales. En esas filosofías, con todo respeto, sólo son hombres los que hablan. ¿Cómo pueden llevar a la vida trascendente si nunca han estado allí?
Y es por eso por lo que algunos, inicialmente atraídos por su novedad, vuelven atrás y comienzan a replantearse lo mucho que han perdido al alejarse de Jesucristo.
5. Me parece que las palabras del Concilio Vaticano II escritas en la Gaudium et Spes son cada vez más verdaderas y llenas de espíritu profético: «En realidad, sólo en el misterio del Verbo Encarnado encuentra el misterio del hombre la verdadera luz. En efecto, Adán, el primer hombre, era una figura del hombre futuro, es decir, de Cristo el Señor. Cristo, que es el nuevo Adán, precisamente al revelar el misterio del Padre y su amor, revela también plenamente el hombre al hombre y le da a conocer su más alta vocación. No es de extrañar, pues, que todas las verdades expuestas anteriormente encuentren su fuente y toquen su cumbre en él» (GS 22).
6. Sólo en Jesucristo puede el hombre conocer todo sobre Dios y todo sobre sí mismo.
Sólo en Jesucristo, porque Jesucristo es Dios, que se encarnó.
Sólo en Jesucristo porque, como Dios, es el creador del hombre.
7. Volviendo a ti, para ingresar en la cofradía del Santísimo Rosario debes leer aquí:
Merece la pena unirse a las cofradías del Rosario por los beneficios que se reciben en la vida, en la muerte y después de la muerte. Hay todo por ganar y nada que perder
por Padre Angelo Bellon op | 08 May 2013 | Categorías: Espiritualidad Dominicana – Fraternidad del Santo Rosario, Un sacerdote responde – Orden Dominicana – Espiritualidad
En cuanto lo hayas leído, si decides suscribirte, como espero que hagas, me enviarás un correo electrónico con tu nombre y apellidos y tu ciudad de residencia. Y te enviaré el certificado de inscripción.
Concretamente, la obligación consiste en rezar todo el Rosario (es decir, 15 misterios) en una semana. Sin embargo, te aconsejo que reces una Corona del Rosario (cinco misterios) cada día. Será un soplo diario de cielo del que no podrás prescindir.
Para inscribirse, no es necesario rellenar formularios ni contribuir económicamente.
8. Además, con la hermosa expresión que has utilizado, te aconsejo que «abraces a Dios con la confesión y la comunión» sin esperar a la Pascua.
Esta Pascua, que significa literalmente paso, hazla ahora, lo antes posible. Te sentirás liberado. Por último, ya que también mencionas una «compañera», te aconsejo que vivas castamente porque la castidad es agradable a Dios y atrae su buena voluntad, es decir, muchas gracias.
Te agradezco tu correo electrónico que, aunque habla de derivas y cosas tristes, está lleno de entusiasmo y esperanza.
A la espera de acogerte como hermano en la familia de Santo Domingo mediante la inscripción en la Cofradía del Santísimo Rosario, te bendigo y te acompaño con mis oraciones.
Padre Angelo