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Pregunta

Querido Padre Angelo

Siento mucho molestarlo pero son meses que no hago otra cosa que llorar y poner en stand by mi vida. Me llamo S. tengo 34 años, por más o menos seis años viví con S, quien es un poco más joven que yo. Después de vivir años en arriendo, él insistió para que compraramos una casa y así lo hicimos, nos mudamos el pasado mes abril pero en Octubre él se fue diciendo que ya no me amaba, han sido inútiles todos mis intentos para hacerlo cambiar de idea y yo me siento destrozada. 

Mire padre, toda su frialdad comenzó este verano, desde que discuti con su padre, tuve un accidente con el auto (se me explotó la llanta mientras iba a visitar a unos familiares, ningún afectado a parte del auto, obviamente); tal vez los suyos no tienen nada que ver con todo esto, tal vez se acabó el sentimiento, pero me atormentan siempre las preguntas y espero que usted con la ayuda del Espíritu Santo me pueda ayudar. Nunca he sido de buenas en el amor creo yo que es porque tiendo a anularme por el otro.

Antes de S, tuve una relación de tres años con otro chico (A), hasta cuando una noche llegó diciendo que me dejaba porque ya no me amaba, estuve muy mal, me adelgace, sufría de  insomnio, ataques de pánico y hasta perdi la fe, culpé a Dios ignorando que alguien más había actuado en esta situación. 

Me repuse, no quería más historias pero estaba bien, hasta que un día durante un adelantamiento en la autopista conocí a S. fue él el que insistió, yo no quería quedar desilusionada otra vez, sin embargo a pesar la criticidad de la relación, lo tomé como una señal de Dios. 

S. es policía, es una persona seria que quería hijos y matrimonio. Después de tres meses me presentó a los suyos, todos dijeron que viniendo de èl, era un gesto importante. Algunos de los años juntos han sido monótonos, yo trabajo independiente y dado los gastos siempre he tratado de trabajar duro, él en cambio, es de los que se quedan en casa y reconozco que eso me pesaba un poco; su familia, a pesar de la distancia de 800 km, siempre ha estado muy presente, siempre fui consciente que yo estaba después de ellos.. pero después de lo que había pasado con A. nunca me habría esperado que volvería a vivir la misma experiencia pero todavía más grave.

Padre, yo sé que la culpa no es de Dios, pero no entiendo porque lo permite. Sobre todo me duele que todo el mundo me  diga que debo resignarme, he vuelto a orar cotidianamente y tal vez Dios quería que yo volviera a Él y conociéndome, seguramente este era el único modo, pero yo no logro resignarme. 

Yo quiero recuperar mi vida con S., y rezo todos los días también por eso pero han pasado más de tres meses, su familia desapareció y los amigos también, él puso en venta nuestra casa y hemos tenido discusiones tremendas. Padre, yo no puedo creer que Dios le haya permitido al diablo hacerme la misma jugada y sobre todo que no haga nada.

Jesus dijo “Pidan y se os dará, toquen y se os abrirá” obviamente si es la voluntad de Dios, y esta idea me hace enloquecer.. de verdad la voluntad de Dios es esto? Padre, estoy confundida, destrozada, humillada y también me siento en culpa porque no me siento digna de hacerle estas peticiones a nuestro Señor.  Debo mencionar también que el día antes que S. se fuera de la casa estaba en el carro y sentí un perfume intenso de rosas, lo primero que pensé fue al padre Pio pero visto como se han dado las cosas comienzo a pensar que fue solo sugestion mia. En resumen como puede ver necesito verdaderamente un milagro.

Gracias por su atención.

S.  


Respuesta del sacerdote

Queridisima,

1. Me disculpo por responder tan tarde, pero solo hasta hoy llego a leer los correos del 13 de febrero. 

Lamento mucho lo que te ha pasado y cuánto estás sufriendo.

Tu situación de convivencia era desordenada a los ojos de Dios. Es verdad, tú pensabas que de una convivencia se pasaba a la estabilidad del matrimonio pero no fue así. Tu sabías que podía suceder y de todas maneras quisiste invertir con él para comprar una casa, un error todavía más grave que ha desencadenado peleas difíciles de arreglar.

2. Ahora rezas para que el pueda volver, haces bien con orar porque la oración te da esperanza, pero para que la oración sea escuchada es necesario que la propia voluntad sea conforme a la voluntad de Dios y si tu propósito es reconstruir la convivencia te digo de una vez que no puedes esperar nada, comenzamos de nuevo con el pie equivocado. 

La convivencia te pone en una situación de pecado grave que te hace imposible la confesión y la comunión. 

3. Pero ahora voy a error de base, del cual parece que no te has percatado, y es el pecado especificamente de las relaciones sexuales fuera del matrimonio. 

4. La ley de Dios que està llena de sabiduria y que quiere unicamente la felicidad verdadera y perdurable para las personas, prohibe las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Las prohíbe porque son una farsa.

Ambos se comportan como marido y mujer sabiendo que no lo son, se donan totalmente y no solo porque saben que son libres de volver atrás cuando quieran y como quieran sino también porque tales actos se llevan a cabo utilizando anticonceptivos. 

Ahora, la anticoncepción abiertamente muestra un no querer donarse totalmente, porque no se da al otro la propia capacidad de convertirse en padre y madre. 

5. Como sabrás, la anticoncepción está fuera de la ley de Dios también en el matrimonio porque hace que el amor recíproco se vuelva impuro haciéndolo caer en la concupiscencia. La concupiscencia es una emoción que va y viene. 

6. Ahora entiendes por qué tu novio dice que se le acabó el amor, estaba basado solo en la lujuria.

Habiéndose desvanecido la concupiscencia, porque tal vez se encendió por otra, todo ha terminado para él.

7. En el matrimonio en cambio no es así, el matrimonio no está basado sobre la concupiscencia ni sobre las emociones sino sobre la voluntad o mejor aún sobre la voluntad de expropiarse para ser uno propiedad del otro con el sello de Dios.

8. Además en el matrimonio la presencia de los niños ayuda a superar las dificultades que nacen de la diversidad de caracteres. La presencia de los niños obliga a olvidarse de sí mismos y así el amor hacia los hijos indirectamente ayuda a los cónyuges a purificar el amor impidiendo que se vuelva rutina.  

9. La pureza o la castidad prematrimonial es muy importante para que los novios aprendan a amarse de forma verdadera superando el egoísmo y las tentaciones de la concupiscencia.

La castidad fortalece el deseo de pertenecer el uno al otro sin quemar las etapas, porque como has podido constatar, las etapas quemadas antes de tiempo terminaron por quemar y desintegrar su unión. 

10. En tu vida has tenido dos relaciones amorosas y ambas han terminado mal, porque mal han comenzado y continuado. Para el futuro o incluso para volver a estar con S. comprométete delante de Dios a vivir un noviazgo como Él quiere, en perfecta castidad. Solo así se puede conservar íntegro el amor en ti y en él. 

No es por casualidad que Dios nos ha pedido cumplir su ley para ser felices y tener una larga vida. 

Si observaras la ley de Dios, la felicidad siempre existirá y se renovará. Y el amor durará hasta que la muerte los separe. 

Te aseguro mi oración para que tu sufrimiento cese y para que desde ahora puedas iniciar algo que dure para siempre. 

Te bendigo.

Padre Angelo