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Pregunta
Querido Padre Angelo,
deseo presentarle algunas preguntas relacionadas con las convivencias y matrimonios civiles con hijos nacidos en estas circunstancias. Espero recibir de este modo, la Verdad como respuesta, es decir una enseñanza segura, proveniente de Dios que la confiado a la Iglesia Madre y Maestra, porque es esto y no otra cosa lo que me interesa compartir y difundir.
He aquí las preguntas:
-si una persona casada con el sacramento del Matrimonio que luego ha vivido situaciones ilícitas (convivencia o matrimonio civil) de las que ha tenido hijos chicos o muy jóvenes, ¿cómo ha de comportarse si por un milagro de la gracia, renace el amor por el legítimo cónyuge y desean volver a vivir juntos? ¿Es correcto afirmar cuanto sigue? 1) Puede ocuparse junto a su cónyuge, del cuidado de los hijos de la relación ilegítima, si su pareja está de acuerdo, y por ende estar con sus hijos junto al cónyuge; 2) si la ex-pareja no está de acuerdo, prevalece siempre el Matrimonio sacramental y esta persona tiene el derecho, al menos ante Dios, de volver con su cónyuge, pero también de hacerse cargo de los hijos tanto cuanto sea posible estando con el cónyuge.
-Si una persona no casada con vínculo sacramental, se encuentra en situaciones ilícitas (convivencia o matrimonio civil) por las que al momento presente tiene hijos pequeños o muy jóvenes, ¿cómo ha de comportarse si por gracia de un milagro se diera cuenta de la gravedad del pecado cometido, luego de haberse reconciliado con Dios y hecho buen discernimiento, sabe que su vocación es hacia el Matrimonio y encuentra a otra persona con quien tiene la certeza de que ella es con quien Dios desea que se case? Está bien decir lo que escribí en los puntos 1) y 2) hablando del mismo caso, si bien en este caso se trata no ya de volver con el legítimo cónyuge sino la de casarse e ir a vivir con el cónyuge?
Le agradezco desde ahora la respuesta. He ofrecido a la Virgen tres Ave María para usted. Aprovecho de esta ocasión para enviarle filiales y cordiales augurios de una Santa Navidad y Feliz Año Nuevo.
Respuesta del sacerdote
Muy querido,
1. si por gracia ocurriera que uno de los dos quisiera volver con su propio cónyuge debe recordar que sobre su deseo de volver atrás prevalece el bien de sus hijos, los que tienen por ley natural el derecho de estar con ambos padres aunque entre ellos no sean marido y mujer.
Poniendo hijos al mundo, la pareja, se pusieron libremente y autónomamente en un estado de necesidad.
Tal estado los obliga a permanecer juntos, por lo menos hasta que los deberes para con los hijos se hayan agotado. Si bien, en un cierto sentido no se acaban nunca.
2. El padre de los hijos no puede renunciar a la obligación de educarlos, y por consiguiente no puede renunciar al deber de cohabitar con su madre, a menos que no subsistan graves impedimentos.
3. Está demás recordar que si se quiere beneficiar de los Sacramentos debe vivir en perfecta continencia.
4. El matrimonio, del que vive en pareja y que ha sido iluminado por la gracia, sigue siendo indisoluble, aunque de momento a causa de fuerza mayor no es posible la cohabitación entre marido y mujer.
5. La segunda pregunta: quien mientras tanto ha comprendido que su vocación es la de vivir en el matrimonio y ha conocido a la persona de la que está convencido que es voluntad de Dios que viva con ella en el matrimonio, por el momento no puede llevar adelante ese plan.
Cometería un grave pecado contra los hijos.
Por lo tanto podrá casarse cuando sus deberes para con los hijos se hayan terminado, como decíamos más arriba.
6. Tus preguntas eran exclusivamente teóricas, y yo te he dado respuestas igualmente teóricas, ateniéndome objetivamente a la jerarquía de deberes y derechos.
Tengo sin embargo que decir, que cuando se deben aplicar estos principios en la vida práctica, hay que tener obligatoriamente en cuenta otras circunstancias, las cuales podrían modificar o incluso suspender su actuación.
Te agradezco por la confianza y en especial por las tres Ave María que dijiste para que la Santa Virgen me guiara al responderte.
Retribuyo los augurios navideños y de feliz año nuevo que acompaño con una oración.
Te bendigo.
Padre Angelo