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Reverendo Padre,

Simone, mi nieto de 4 años, le preguntó a la abuela: Pero, si Jesús es Dios, ¿cómo puede ser también el Hijo de Dios? La abuela se destrejaba hablando de misterios que entenderá cuando sea grande, pero si repitiera la pregunta ¿cómo se le puede responder?

GRACIAS y que Dios le bendiga a Usted y a su trabajo,

Carlos


Querido Carlos,

1. Las preguntas de los niños a veces desplazan a los adultos y los obligan a cuestionarse y a conocer mejor.

Así también la pregunta de Simón a su abuela.

2. Bueno, en primer lugar hay que decirle a Simón que Jesús es el hijo de Dios, pero no de la misma manera en que nosotros somos hijos de nuestros padres.

Y la razón es que Dios no tiene cuerpo, sino que es espíritu purísimo.

3. También puedes decirle que el Hijo de Dios es su Pensamiento, su Sabiduría eterna.

Y es tan grande como Dios, de hecho es lo mismo que Dios.

4. También se le puede decir que es un Hijo tan diferente a nosotros que nunca comenzó a existir.

Existe desde siempre, como existe desde siempre el Padre.

Se le puede decir (aunque el ejemplo no encaja del todo) que es tan viejo como el Padre. Es decir, existe desde siempre.

El ejemplo de los años puede parecer sorprendente, pero lo recibimos de la Sagrada Escritura. En el libro de Job leemos: «Sí, Dios es tan grande que no podemos comprenderlo, el número de sus años es insondable.» (Job 36,26).

5. Con estas respuestas los niños (y nosotros junto con ellos) se llenan de asombro por Jesús y por Dios.

Jesús es infinitamente grande. No es como nosotros. Él es nuestro Creador.

6. De hecho, hablando de Jesús hijo de Dios y también hablando simplemente del Hijo de Dios, nunca debemos dejar de recordar la infinita grandeza de Dios y que nuestras palabras son incapaces de expresarlo.

En el Credo decimos: «Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre; por quien todo fue hecho”.

7. Con estas palabras expresamos toda nuestra fe y toda nuestra adoración a Jesús de quien al principio del Evangelio de Juan leemos: «Al principio existía la Palabra (el Hijo), y la Palabra (el Hijo) estaba junto a Dios, y la Palabra (el Hijo) era Dios.” (Jn 1:1).

Te agradezco por esta pregunta aparentemente infantil, pero que no lo es en absoluto porque es capaz de dejar boquiabiertos incluso a los grandes.

Te recuerdo al Señor y te bendigo.

Padre Angelo