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Durante la Nochebuena los pastores se vieron envueltos por el ángel, de la gloria del Señor (cfr. Lc 2, 9),

En ese instante, un prodigio hizo desvanecer el sueño y el cansancio.

No adviertieron más ni hambre, ni frío, ni desazón alguna.

Había desaparecido todo afán y desasosiego interior.

Jesús había traído a sus corazones un trocito de Paraíso y se sentían colmados de bendiciones.

Padre Angelo, junto con Pasquale el webmaster, y con todos sus colaboradores ruega y desea que Jesús en esta Navidad 2021 vuelva a reiterar el mismo prodigio en cada uno de ustedes.