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Querido Padre Angelo,
“Jesús dijo que hay que orar al Padre a solas en la propia habitación, con la puerta cerrada”. ¿Esto significa que es mejor no ser visto cuando se ora a solas, o se puede rezar delante de los demás con actitud humilde?
Gracias padre.
Rezo por usted.
Simone.
Querido Simone.
1- es necesario retomar las palabras textuales pronunciadas por Nuestro Señor: “Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mt 6, 5-6).
2- Jesús pronunció estas palabras a causa de los fariseos que rezaban de pie en las esquinas de las calles para hacerse notar.
Jesús no quiere prohibir rezar en público porque la oración comunitaria, sobre todo en la Santa Misa, es siempre en público.
3- San Juan Crisóstomo observa que quienes rezan para hacerse ver “fingen orar a Dios porque miran a los hombres a su alrededor” (Comentario a Mateo, 19,2).
4- Otro antiguo comentarista, formado por san Juan Crisóstomo, escribe: “La oración es cual tributo espiritual que el alma ofrece a Dios desde su corazón . Cuanto más gloriosa sea aquélla, tanto más deberá ser custodiada, para que no pierda valor si se hace en favor de los hombres; por ello se dice: cuando oren no sean como los hipócritas.
Además: «Considero que aquí el Señor no se refiera al lugar, sino más bien a la intención de quien ora: de hecho es encomiable rezar en las reuniones de los fieles, tal como se ha dicho (Sal 67, 27): “¡Bendigan al Señor en medio de la asamblea!”
Prohíbe pues, rezar en público para ser vistos por la gente; esto es para ser vistos por los hombres.
Quien ora por lo tanto, no haga nada extraño que salte a la vista, ya sea gritando, o golpeándose el pecho, o levantando las manos».
5- Por eso San Agustín dice que “no está prohibido ser vistos por los hombres, pero sí está prohibido comportarse de manera de ser vistos por éstos” (De sermone Domini in monte).
6- Aquellos que oran para ser vistos ya recibieron su recompensa porque no buscan la recompensa que viene de Dios, sino la que viene de la aprobación de los hombres.
7- “Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto”.
Aquí el Señor quiere explicar de que manera se debe rezar.
San Juan Casiano comenta: “Hay que orar en gran silencio de modo que nuestra intención permanezca escondida también a nuestros enemigos (los demonios), que nos acechan especialmente cuando oramos” (Collactiones 9, 35).
San Agustín a su vez: “O bien por nuestras habitaciones debemos entender nuestros corazones” (De sermone Domini in monte) para que recompense solo Aquel que conoce los secretos de todos los corazones.
8- Por lo tanto si deseas orar a solas, retírate en tu cuarto, a menos que no se sepa que tú reces Laudes y Vísperas, y entonces –si los demás están en silencio- las puedes decir en la cocina o en el salón porque estás más cómodo.
O bien –si te es posible- puedes ir a la Iglesia durante el día para adorar a solas el Santísimo Sacramento, o bien practicar tus devociones en un lugar más recogido.
Con mis augurios de bien, te recuerdo en el Señor y te bendigo.
Padre Angelo.