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“¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa!” (Sal 132,8).
Según una feliz intuición de San Vicente Ferrer, el gran predicador y taumaturgo dominico, los justos que se encontraban en el limbo esperando la resurrección de Cristo, cuando vieron que su alma llegaba hacia ellos, enseguida lo reconocieron y adoraron.
Luego todos juntos aclamaron: “¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo!”.
Levántate, le dijeron, tú y tu Arca poderosa, con ese cuerpo a través del que manifestaste con tantos prodigios tu divina omnipotencia.
Surge, Domine, in requiem tuam, tu et arca sanctificationis tuae.
Padre Angelo, il webmaster Pasquale y el equipo de colaboradores comparten la oración de los justos que ahora están en el paraíso suplicando a Cristo que se levante en el lugar de su reposo, es decir, en el corazón de todos nuestros lectores y en el corazón de sus seres queridos.
Que Cristo les traiga a todos su santificación (Sal 132,8) y la potencia de su resurrección (Fil 3,10).