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Feliz Día de todos los Santos. Buenas tardes Padre Angelo.
Me llamo Margherita, soy polaca, vivo en Italia (Roma) desde hace casi 30 años.
En el Apocalipsis 1, 13 está escrito: “ y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro”.
La Biblia que poseo, de 1864 en polaco-latín, explica en parte el significado de la faja de oro, con la que Cristo está ceñido, y luego hace referencia a Cornelio a Lapide para más explicaciones. He buscado  un pdf del Apocalipsis con los comentarios/explicaciones de Cornelio a Lapide, pero no lo encuentro ni en italiano, ni en inglés. Encontré solamente una en latín, pero desgraciadamente yo no hablo latín (por lo menos hasta ahora).
Quisiera humildemente pedirle si me manda la explicación acerca de esa faja de oro, también el pdf del Apocalipsis by Cornelio a Lapide o un link, a partir de los que podría descargar el material, en inglés o mejor aún en italiano.
De todo corazón le doy las gracias y quedo a la espera de su amable respuesta.
Laudetur Jesus Christus 
Margherita 


Respuesta del sacerdote

 Querida Margherita,
1. la visión de Juan es verdaderamente grande.
El Apocalipsis la describe así: “Me di vuelta para ver de quién era esa voz que me hablaba, y vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro” (Ap 1, 12-13).

2. A Juan se le apareció Jesucristo, el Hijo del Hombre.
La Biblia de Jerusalén escribe: “El Mesías aparece en su cargo de juez escatológico. Sus atributos están descriptos mediante símbolos:
Sacerdocio (representado por la larga túnica);
Realeza (faja de oro);
Eternidad (cabellos blancos);
Ciencia divina (ojos como llamas de fuego para escrutar afectos y pensamientos);
Estabilidad (pies de bronce).
Su majestad es aterradora (esplendor de las piernas, del rostro, potencia de la voz).
Él tiene a las siete Iglesias (las estrellas) en su poder (mano derecha) y su boca se apresta a dar sus decretos mortales (espada afilada) contra los cristianos infieles”.

3. La faja de oro hace referencia a las antiguas costumbres orientales.
En el primer libro de los Macabeos se lee:  “Cuando el rey Alejandro se enteró de todo esto, concedió nuevos honores a Jonatán; le envió un prendedor de oro, como se acostumbra conceder a los parientes de los reyes, y le dio en propiedad Acarón con todo su reino” (1 Mac 10, 88-89).
Por lo tanto era símbolo de poder.

4. El padre Marco Sales escribe: “La faja en la cintura es símbolo de acción como se puede ver en Lucas 12, 35: “Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas”, pero llevarla en el pecho indica reposo y majestad.
De este modo Jesucristo es representado como sacerdote y rey”. (N del T).

5. Alfred Wikenhauser comenta: “Cristo lleva una vestimenta que le llega hasta los pies, ceñida en el pecho por una faja de oro.
Este atuendo es el que distingue al sumo sacerdote; el cinturón trenzado de oro, es asimismo parte del atavío de los sumos sacerdotes, además del de los reyes; al tratarse de una vestimenta sacerdotal, ciñe el pecho y no la cintura.
Vestimenta y cinturón, por lo tanto, simbolizan la dignidad del sumo sacerdote de Cristo.
Una expresión de su altísima santidad es su aspecto.
Su cabeza y cabellos asemejan a candidísima lana. El blanco no es símbolo de la eternidad de Cristo, sino del esplendor de los seres celestiales, de los que Él es parte. (En este punto Wikenhauser diverge de la Biblia de Jerusalén, pero no de Marco Sales, según él el color blanco es símbolo de la gloria celestial n.d.r.).
Los ojos que brillan como llamaradas de fuego significan que a la mirada penetrante del hijo del hombre nada se queda escondido.
Los pies asemejan a metal fundido -según otra posible traducción de la palabra griega- a mineral de oro que se puso incandescente por el fuego.
La voz resuena como el fragor de una inmensa masa de agua, como el estruendo del mar.
A la diestra están las estrellas, símbolo de las siete Iglesias, en forma de corona erguida en lo alto ajustada por un anillo invisible.
De la boca sobresale una aguda espada de doble filo, expresión que la palabra juzga y castiga.
El rostro del hijo del hombre resplandece como el sol cuando manda sus dardos de luz sobre la tierra con toda su fuerza” (El Apocalipsis de Juan, pp 51) (N del T).

6. Desafortunadamente no tengo el comentario de Cornelio a Lapide.

Con el deseo que tú también puedas contemplar a Nuestro Señor en su majestad como lo contempló San Juan, te bendigo y te recuerdo en la oración.
Padre Angelo