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Buenos días padre Angelo,
a menudo escucho decir, por parte de creyentes y más por no creyentes, cuestiones relativas a la interpretación de la Biblia. En especial los no creyentes acentúan interpolaciones para dar a entender que la Biblia es en verdad un gran engaño.
Le pido si puede explicar sobre el por qué y sobre la cantidad de esas interpolaciones o agregados en la Biblia, especialmente en los Evangelios.
¿Es cierto que hay muchas o son pocas?
He leído además en una reseña que la Biblia del Abad Ricciotti editada en el año 1943 carece de interpolaciones. ¿Es cierto? Ese tema de las interpolaciones me genera dudas acerca de la veracidad del texto y en especial acerca de la verdad de lo que realmente dijo Jesucristo. Como usted bien sabrá si se comienzan a insinuar dudas sin que se obtengan respuestas convincentes el riesgo es perder la fe.
Le envío cordiales saludos y le agradezco por la valiosa ayuda que da con sus respuestas a las diferentes preguntas que le son presentadas.
Liborio  


Respuesta del sacerdote

Querido Liborio,
1. yo no hablaría de interpolación o manipulación.
Al máximo puede haber alguna palabra más o menos adecuada en la transcripción hecha por los amanuenses.

2. Desde el principio el texto de la Sagrada Escritura fue considerado un texto sagrado. Nadie se hubiera atrevido a manipular.
San Justino, del siglo II, compara el derecho a manipular las escrituras al de la idolatría, cometido por los israelitas cuando reemplazaron al Dios del cielo por el becerro de oro.
Una de las acusaciones más graves que se imputaba a los herejes era la de violar la palabra de Dios alterando el sentido, si bien no pensaban en lo mas mínimo falsificar el texto.

3. Si hubiese habido manipulación, y en algún otro sitio se hubiese conservado un texto diferente, ¿cómo es posible pensar que todos se hubiesen quedado callados?
Si alguien hubiera cambiado o quitado algo importante, las otras iglesias se habrían levantado. Lo habrían condenado.
Pero no hubo nada de todo esto.

4. Esto vale también para el Antiguo Testamento. Los hebreos se rebelarían y nos acusarían de manipulación si nuestro Antiguo Testamento fuera diferente al de ellos.
Pero esto no lo hicieron nunca, porque los textos del Antiguo Testamento que nosotros consideramos inspirados son sustancialmente idénticos a los de ellos.

5. Sin embargo, además de estas consideraciones, hay otras que no hay que olvidar. Los textos más antiguos que poseemos de la Sagrada Escritura, se llaman códices. 53 códices contienen enteramente el Nuevo Testamento.
Comparándolos no emergen manipulaciones.
Esto está a la vista de todos.
Las inevitables variantes debidas o al texto no perfectamente conservado en alguna palabra o a los errores de los amanuenses, están todas registradas.
Si tomas el texto griego por obra de Nestle o de Merk las encuentras todas señaladas. No hay variaciones sustanciales.

6. Anteriores a los códigos, podemos encontrar muchos versículos del Nuevo Testamento en las enseñanzas y en la predicación de los Santos Padres.
Los Padres más antiguos citaban casi siempre de memoria y a veces en base al sentido, como nosotros mismos muchas veces también hacemos.
Estas citas son tan numerosas que colocándolas todas juntas se podría reconstruir todo el Nuevo Testamento en griego.
También en esto se puede verificar la honestidad de los santos Padres en la transmisión de la palabra del Señor.

7. En fin, creo que a causa de las varias versiones o transcripciones, no hay ningún texto que haya sido científicamente examinado como el de la Sagrada Escritura.
Comparándolas se puede examinar si hay una palabra de más o de menos, si se escribió una palabra en lugar de otra.
Sin embargo, siempre y siempre no se logra encontrar algo que modifique sustancialmente el contenido de la Divina Revelación y la comprensión de la Sagrada Escritura.

8. Todo lo que he dicho hasta ahora se refiere al texto aceptado por la Iglesia católica.
Desgraciadamente hoy en día hay muchas versiones, por ejemplo la de los testigos de Jehová, que son voluntariamente manipuladas puesto que traducen una palabra por otra.
Por eso, para estar seguros de la autenticidad del texto siempre es necesario ver si está presente el imprimatur de la Iglesia Católica.

Te agradezco por la pregunta, te deseo todo bien, te bendigo y te recuerdo en la oración.
Padre Angelo