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Querido Padre Angelo,
quisiera su comentario acerca del tema del repudio de la propia esposa tratado en Mateo 5, 27-32 y que cito a continuación:
«Ustedes han oído que se dijo: «No cometerás adulterio«. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti; es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. También se dijo: «El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio». Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio».
De aquí nace mi pregunta, que es de matriz puramente teológica.
¿Qué quiere decir Jesús cuando habla de “excepto en caso de unión ilegal”? Los concubinos son quienes viven como marido y mujer, aunque no lo sean desde el punto de vista sacramental. ¿Por qué Jesús habla del repudio de la esposa solo en este caso? Si una pareja no se ha casado por Iglesia, quiere decir que el marido puede repudiarla, pero ¿por qué Jesús hablaría de los que no están casados delante de Dios? La verdad es que no le encuentro sentido. (…).
Aclaro que soy católico, nuevo en la fe, y estas palabras de Mateo me han llamado mucho la atención y me gustaría que me diera una explicación y también de la razón por la que la Iglesia Católica las haya de alguna manera, (queriendo o no), “distorsionado”.
Gracias
Paz y bien.
Francesco
Respuesta del sacerdote
Querido Francesco,
1. efectivamente puede parecer un sinsentido hablar de esposa en caso de concubinato.
Porque si es concubina o si se tratara de fornicación, no es esposa.
¿Cómo es que Jesús manda dejar a la propia esposa en caso de concubinato?
2. Para comprender lo que Jesús afirma es necesario tener presente que en su tiempo estaba permitido también a las mujeres conceder la declaración de repudio.
Lo daban si hallaban en el marido algo malo. Este algo malo corresponde a la porneia, que significa fornicación, pero también convivencia o unión ilegítima.
3. Era fácil en tiempos de Jesús que algunas mujeres repudiaran al propio marido en quien descubrían algo malo, por motivos económicos para unirse a un soldado romano.
El soldado romano tenía un sueldo. Esto estaba garantizado, justamente porque era un soldado.
Su situación por lo tanto podía resultar económicamente mejor que la del propio marido.
4. Sucedía por lo tanto que algunas mujeres repudiaban al propio marido para casarse con un pagano, o bien que otras mujeres, solteras, contrajeran matrimonio con un pagano.
Según la ley romana este matrimonio era legítimo, pero no según el Levítico que prohibía el matrimonio con los paganos.
Si por lo tanto una mujer hebrea contraía nupcias con un pagano, su matrimonio era reconocido por los romanos, y ambos podían decirse marido y mujer, pero no lo era para los hebreos. De hecho aparecía como un concubinato o una fornicación continuada.
Ocurría más o menos lo mismo que hoy cuando dos bautizados se casan solo por el civil. Ante el estado son esposo y esposa, pero ante la Iglesia y ante Dios el matrimonio es nulo y por eso se configura como una especie de convivencia o concubinato.
Tan es así, que si se separaran, ese matrimonio civil, no impide que contraigan un verdadero matrimonio sacramental con otra persona.
5. El término esposa es lo que confunde. Porque según el derecho romano era verdaderamente esposa, pero según el Levítico era solo una concubina, tratándose de una unión ilegítima.
6. Te felicito por la bella expresión que usaste “soy nuevo en la fe «.
Lo cual sugiere que hace poco recibiste la gracia inestimable de la conversión.
Esto me hace feliz.
Te deseo serenidad en la continuación de las festividades navideñas, te bendigo y recuerdo en la oración.
Padre Angelo