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Buenas tardes Padre,

Leyendo a Santo Tomás me enteré de que antes de la Redención de Cristo, las almas de los justo, en el limbo de los Patriarcas, gozaban del conocimiento natural de Dios.

¿Me puede explicar qué quiere decir?

Puesto que los justos vivían en un estado de bienaventuranza y felicidad natural mientras esperaban a Cristo, no podían acceder a la visión gloriosa del Padre, pero, ¿en qué consiste el conocimiento natural de Dios?

Le agradezco mucho su disponibilidad.

Cordialmente saludo.

Marco

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Respuesta del sacerdote

Querido Marco,

1. La palabra limbo, que significa orilla o borde, no existe en la Sagrada Escritura ni tampoco se la encuentra en el primer milenio de la Iglesia.
Quien usó por primera vez esta palabra fue Pedro Lombardo del siglo XII, el famoso maestro de sentencias de París.
Antes de Pedro Lombardo se hablaba de los infiernos, distinguiendo sin embargo el infierno de los condenados de aquel en que se hallaban los justos del Antiguo Testamento, también llamado limbo de los Patriarcas.
Esta segunda acepción coincide con el seno de Abraham.

2. ¿Por qué el seno de Abraham?
Según Santo Tomás: “Porque Abraham fue el primer ejemplo de fe dado a los hombres, el primero que se separó de la masa de los infieles y tuvo por parte de Dios un reconocimiento singular por su fe.
Por eso, aquella paz concedida a los hombres después de la muerte, se la llama seno de Abraham, como dice San Agustín” (Comentario a las  sentencias de Pedro Lombardo, IV, 45, 1, sol. 1). (Traducido por el traductor)

3. Santo Tomás, a propósito de la terminología, dice que se llamaba seno de Abraham en relación al estado de felicidad del que gozaban los patriarcas después de la muerte.
Pero en relación a lo que le faltaba a esa felicidad (la visión beatífica de Dios) se denominaba limbo de los infiernos.

4. En la liturgia de la Iglesia aún hoy en día, se ruega que los difuntos sean llevados al seno de Abraham.
Referido a ello Santo Tomás observa: “Así como el limbo de los infiernos de los patriarcas era totalmente diferente del infierno de los condenados, del mismo modo, nada impide que después de la venida de Cristo el seno de Abraham sea del todo diferente del seno de Abraham al que iban los patriarcas” (Ib.). (Traducido por el traductor)
“Puesto que posteriormente a la venida de Cristo el descanso de los justos o de los santos es perfecto porque ha sobrevenido la visión de Dios, así éste puede ser todavía llamado seno de Abraham.
Es a este seno que la Iglesia ruega que los fieles sean llevados.”(Ib.) (Traducido por el traductor).

5. Más específicamente en relación a tu pregunta, Santo Tomás no dice exactamente lo que tú has escrito, porque los patriarcas no tenían sólo un conocimiento natural de Dios.
De hecho tenían fe, que es una luz sobrenatural.
Y no sólo eso, puesto que la carta a los Hebreos dice que: “la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven” (Heb, 11, 1), los patriarcas exultaban porque en la fe está contenido como en una semilla, lo que está contenido en la planta madura.
Por lo tanto los justos en el limbo tenían un conocimiento sobrenatural de Dios, si bien este conocimiento no coincidía todavía con la visión beatífica.
Su gran alegría, sin rastros de pena, no era tan solo una alegría natural, sino una alegría de orden sobrenatural, no obstante no alcanza aún a la consiguiente visión beatífica.
Categóricamente Santo Tomás dice: “el limbo de los Padres y el de los niños son indudablemente diferentes en cuanto a la calidad del premio o de la pena: de hecho los niños están privados de la esperanza de la bienaventuranza de los padres, en quienes resplandecía además, la luz de la fe y de la gracia” (Ib., sol. 3). (Traducido por el traductor)

Te  agradezco por haberme dado la ocasión de aclarar algunas cosas.

Te bendigo, te recuerdo en la oración y te deseo todo bien.

Padre Angelo