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Queridisimo Hno. Angelo 

Te escribo para pedirte luz acerca de los siguientes argumentos: Doctrina sobre el purgatorio y crecimiento en santidad de las almas en el paraíso.

Doctrina del purgatorio 

La existencia del purgatorio es un dogma de fe? en otros términos: Es dogma de fe como lo son el paraíso y el infierno?  Dialogando con algunos hermanos, no hemos logrado llegar a una conclusión. A mi parecer es dogma pero para uno de ellos no lo es. Entonces es posible que su naturaleza dogmática sea similar a la del paraíso? o es simplemente un dogma auxiliar?

Santidad de las almas del paraíso

La santidad de las almas (que al momento de la muerte han sido consideradas dignas del paraíso y que entonces no van al purgatorio) está sujeta a seguir creciendo o permanece inmutable hasta el momento del juicio universal?. En otros términos las almas del paraíso siguen creciendo en Santidad? Mi confusión nace leyendo a un teólogo que se expresaba afirmativamente al respecto (o sea: la santidad de las almas del paraíso crece hasta el momento del juicio) pero me parece de haber leído otros teólogos que afirman que el juicio particular (para un alma santa que no paso por el purgatorio) en práctica coincide con el juicio universal, el motivo sería porque aquella alma siendo juzgada santa en el juicio particular no será juzgada de modo distinto en el juicio universal.  

Te agradezco de antemano por la respuesta que como siempre (me he dirigido a ti varias veces) sé que será brillante y profunda. 

Te deseo un fructífero camino de cuaresma y una Santa pascua.

Con cariño,

Hermano Ignazio.


Respuesta del sacerdote

Querido hermano Ignazio.

1.La existencia del purgatorio es dogma de fe. Cito lo que ha decretado el Concilio de Trento: “Si alguien dijere que a cualquier pecador arrepentido, después de haber recibido la gracia de la justificación, se le remite la culpa y se le borra el reato de la pena eterna (reato= obligación que queda a la pena correspondiente al pecado, aun después de perdonado), de modo que no queda reato de pena temporal por satisfacer en este mundo o en el futuro purgatorio, antes de que se le pueda abrir la entrada en el reino de los cielos: sea anatema (DS 1580).

En esta afirmación dogmática da por  sentada la existencia del purgatorio. El “sea anatema” quiere decir que se trata de una verdad de fe,o sea de un dogma. 

2. El concilio de trento también dice: La Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, según la doctrina de la sagrada Escritura y de la antigua tradición de los Padres, enseñado en los sagrados concilios, y últimamente en este general de Trento, que hay Purgatorio; y que las almas detenidas en él reciben alivio con los sufragios de los fieles, y en especial con el aceptable sacrificio de la misa; manda el santo Concilio a los Obispos que cuiden con suma diligencia que la sana doctrina del Purgatorio, recibida de los santos Padres y sagrados concilios, se enseñe y predique en todas partes, y se crea y conserve por los fieles cristianos (DS 1820).

3. El catecismo de la iglesia católica afirma: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. ” (CIC 1030).

La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580)” (CIC 1030).

4. A. Rudoni en su tratado Escatologia afirma que es es de fe definida  (o sea dogma) la existencia del purgatorio y que aquellos que se encuentran allí pueden ser ayudados con los sufragios (P.181).

5. Sobre la segunda pregunta: Para los Santos que están en el paraíso no puede existir un aumento de la santidad ni de la visión beatífica.

Santo Tomás dice: “De hecho, esta es la diferencia entre la eternidad y el tiempo, que el tiempo tiene su esencia en una especie de sucesión, mientras la eternidad es un todo junto. Ahora, en la visión beatífica no hay sucesión alguna pero todas las cosas que se ven en ella, se ven juntas con una mirada intuitiva. Por lo tanto en ella se cumple una cierta participación en la eternidad” (s. tomás , IV Sent., d. 49, 1, 1, ad 3).

6. La santidad no puede aumentar, pero la beatitud si. 

El acontecimiento de la resurrección final por la que el cuerpo también gozará de bienaventuranza nos da una luz sobre la condición de los santos en el cielo.

Ciertamente no pueden crecer en santidad o incluso en mérito porque ahora están fuera de tiempo.

Sin embargo, pueden crecer hasta el fin del mundo en la participación de la gloria o bienaventuranza: para el cuerpo en lo esencial que consiste en la visión y unión con Dios; para el alma en lo llamado accidental que consiste en todos aquellos bienes (por ejemplo, dispensar gracias del Cielo) que no se identifican con la unión con Dios.

Te deseo lo mejor, te recuerdo al Señor y te bendigo.

Padre Angelo