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Pregunta
Buenas tardes:
necesito una opinión religiosa: en su opinión, ¿es posible obligar a una persona deshonesta, maliciosa y mentirosa (que desgraciadamente se le cree) a decir la verdad haciéndole prestar un juramento (que funciona) a Dios o un Santo durante una sentencia en la corte? Si es así, ¿qué palabras me recomendarías que le hiciera decir?
Durante el juramento, ¿también tengo que usar algún objeto como una cruz, un rosario o una tarjeta sagrada?
Gracias por su ayuda y saludos cordiales.
Respuesta del sacerdote
1. Lamento el serio retraso con el que te respondo, pero solo hoy he podido leer tu correo.
A tu pregunta de si se puede hacer que una persona deshonesta, maliciosa y mentirosa jure y luego tomar su palabra como verdad absoluta, la respuesta es no.
2. Y esto por una doble razón. Primero, porque está expuesto al perjurio, cometiendo así un sacrilegio. En segundo lugar, porque tomar tal declaración como un oráculo de la verdad nos expone voluntariamente a cometer muchos males, cuya reparación sigue siendo un deber.
3. El Código de Derecho Canónico del can. 1572 dice: “Al valorar los testimonios, el juez debe considerar los siguientes aspectos, solicitando cartas testimoniales, si es necesario:
1 cuál sea la condición de la persona y su honradez;”
4. El Código de Derecho Canónico anterior decía que los “impúberes” y los “infames”, es decir “los que gozaban de mala reputación” y “los que en deposiciones anteriores habían sido reconocidos como perjurios” (Can 1757), no podían ser admitidos como testigos.
5. También me preguntas si es posible obligar a una persona a testificar mediante juramento.
Para que el juramento sea válido debe ser libre.
Si es extorsionado con amenazas o de otra manera, no debe tenerse en cuenta.
Por otro lado, está permitido si para obligar se entiende exhortar o suplicar que uno vaya a testificar.
6. El juramento, especialmente en el ámbito eclesiástico, se hace siempre con signos, es decir, colocando la mano sobre el Evangelio o sobre el crucifijo.
Te deseo lo mejor, te recuerdo al Señor y te bendigo.
Padre Angelo
Traducido por Alessandra Pelizzaro