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Pregunta

Querido Padre Angelo,

gracias por su respuesta a los correos electrónicos anteriores. Tengo una duda que me surgió mientras rezaba el rosario: en las primeras semanas después de mi conversión participé activamente en las necesidades de la parroquia donde vivía, poco a poco durante mi formación fuera de esta me di cuenta de que desafortunadamente se siguían casi todas las doctrinas excepto el catecismo de la Iglesia Católica.

En resumida cuenta: preservativo concedido, comunión a dos personas vueltas a casar y convivientes, explicación sobre el centurión romano que probablemente tenía el (compañero) me habrás entendido, permitieron a un religioso laico de la orden de los Combonianos de bendecir las casas y aquí me detengo.

Decidí cambiar de parroquia también por un traslado de casa a corta distancia, también porque tengo un hijo de 10 años y me siento obligado a protegerlo, cuando el párroco le dijo a él (la misa no es buena para ti todos los días tienes que vivir como un niño). Ahora me siento un cobarde porque creo que al menos debería haberle pedido al cura una explicación de por qué sucedieron estas cosas y otras….

Realizar la corrección fraterna. Al continuar así, algunos de ellos se autocondenan. ¿Cómo crees que debería haber actuado? – Me siento culpable.


Respuesta del sacerdote

Querido,

1. En primer lugar, te pido disculpas por el grave retraso en contestarte. Pero he leído ahora tu correo electrónico.

2. He sentido un profundo dolor al escuchar lo que ocurre en vuestras parroquias porque con el pecado grave no se construye nada, sino que se destruye todo.

Si los sacerdotes dicen que los pecados graves no son graves es como si estuvieran ayudando a la gente al suicidio moral.

Juan Pablo II en Reconciliatio et paenitentia dijo que el pecado es siempre un acto suicida. El primer mal se hace a uno mismo al separarse de Dios.

No debemos olvidarnos que el pecado es la causa principal del alejamiento de las personas de la fe.

Y esto es precisamente porque el pecado en sí mismo significa alejarse de Dios.

3. Qué verdaderas son las expresiones de Benedicto XVI que el pasado mes de abril (2019) habló de un «colapso de la teología moral católica que ha dejado a la Iglesia indefensa ante esos procesos de la sociedad».

Los procesos de la sociedad a los que se refiere Benedicto XVI son el secularismo, la revolución sexual…

4. Aplicando estas palabras a nuestro caso debemos decir que el colapso de la teología moral ha dejado a la Iglesia indefensa en su capacidad de atraer a los hombres a Cristo.

Y esto porque el pecado por sí mismo no puede atraer al Señor. De hecho, es lo contrario de la atracción.

San Agustín lo define como «aversio a Deo» (alejamiento de Dios).

En sí mismo es un alejamiento de Dios.

5. Los hombres sólo pueden acudir a Cristo en una actitud de conversión interior y de alejamiento del pecado.

Cabe preguntarse si el sacerdote del que hablas está de acuerdo con lo que dice San Pablo: «Huye del mal con horror, apégate al bien» (Rm 12, 9).

6. Tomando en consideración lo que el párroco de la nueva parroquia a la que te has mudado que le dijo a tu hijo (la misa no te hace bien todos los días, tienes que vivir como un niño) me hace pensar en Carlo Acutis, que hizo su primera comunión a los siete años y desde ese día nunca faltó a su cita diaria con la Santa Misa.Trataba siempre, antes o después de la celebración eucarística, detenerse frente al Sagrario para adorar al Señor realmente presente en el Santísimo Sacramento.

Por lo tanto, si hubiera tenido un párroco como el tuyo y lo hubiera escuchado, quizás ahora no tendríamos un santo entre los chicos.

El grado heroico de las virtudes de Carlo Acutis ya ha sido aprobado. Falta el reconocimiento del milagro y será presentado ante toda la Iglesia como Beato.

7. Creo que la mejor corrección fraterna en tu caso es la de la perseverancia en tu buena conducta y en la de tu hijo.

Será más elocuente y eficaz para el párroco y también para muchos feligreses de muchas palabras.

Te recordaré a ti y especialmente a tu querido hijo en mis oraciones.

Os bendigo y os animo en seguir así.

Padre Angelo


Traducido por Jennifer Di Giacomo