Questo articolo è disponibile anche in:
Italiano
Inglés
Español
Buenos días, espero que este correo le encuentre bien.
Tengo algunas preguntas generales, querido Padre:
Tengo una pregunta sobre las Letanías Dominicanas a la Virgen.
¿Cuál es el origen de esta hermosa tradición? ¿Cómo llegamos a tener casi 100 o más invocaciones a la Virgen y su conexión con los dominicos?
¡Gracias Padre! Padre de nuestras almas, de aquellos que se cuestionan.
Respuesta del sacerdote
Querido Ralph de Filipinas:
1. letanía, del griego litaneuo, significa súplica.
Desde el principio se ha tratado de una oración en forma de diálogo entre ministro y fieles.
En la letanía se imploraba la misericordia de Dios.
Esta forma de oración se realizaba tanto en la celebración eucarística como en las procesiones.
2. Inicialmente era una oración elevada exclusivamente a Dios.
Sólo más tarde nacieron las letanías de los santos, en las cuales la primera súplica se dirige a su Reina, a la Virgen.
Las letanías de los Santos son muy antiguas.
En la liturgia oriental ya se utilizaban en el siglo III, como atestiguan los antiguos historiadores cristianos Sócrates (Historia, 6,8) y Sozomeno (Historia, 8,7).
3. Las letanías de la Virgen surgieron luego de las letanías de los Santos, como una forma de extensión de la triple invocación con la que se imploraba la ayuda de la Virgen: Santa María, ruega por nosotros; Santa Madre de Dios, ruega por nosotros; Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.
El origen de las letanías de la Virgen se encuentra en el corazón de esta triple invocación. Son una ampliación de los títulos con los que se la alaba y se la invoca en las más variadas maneras, teniendo a menudo como trasfondo expresiones bíblicas o testimonios históricos del socorro de María.
4. Entre las letanías marianas más antiguas se encuentran las que leemos en un Misal de Maguncia del siglo XII y que tienen como título: letanía de Nuestra Señora Madre de Dios, la Virgen María. Oración muy eficaz para decir diariamente en cualquier tribulación (Letania de Domina nostra Dei genitrice virgine Maria: Oratio valde bona pro Qualunque tribulatione dicenda est).
Esta letanía es muy larga y también se la puede encontrar en Internet.
Siguiendo el modelo de ésta se han creado otras letanías más o menos largas. Entre ellas se encuentran las letanías que comenzaron a utilizarse entre los dominicos en el siglo XIII.
5. Las letanías del Misal de Maguncia preceden siempre cada invocación con Santa María, seguida del título laudatorio. Lo mismo ocurre en las letanías dominicanas.
En las Letanías Lauretanas, sin embargo, Santa María se recita sólo una vez.
Además, en el Misal de Maguncia el título laudatorio es siempre bastante amplio. En las letanías dominicanas, sin embargo, es siempre conciso.
Sólo en un caso, hacia el final, la encontramos amplia: Santa María, extiende tu mano y toca nuestro corazón, para que nos libres a nosotros los pecadores. Ruega por nosotros.
6. Las letanías dominicanas también se diferencian en su cierre, que es muy singular y bello:
Hija de Dios, María, MÍRANOS
Hija de Ana, RECÍBENOS
Hija de Joaquín, ÁMANOS
Cordera de Dios, puerta de la esperanza, llévanos al Hijo
Cordera de Dios, júntanos a él, virginal lirio
Cordera de Dios, danos después del destierro el reino del descanso
7. Es de destacar el título de la letanía del Misal de Maguncia: “Una oración muy eficaz para ser dicha diariamente en cualquier tribulación”.
Mientras que las Letanías Lauretanas se recitan en alabanza a María, las Letanías Dominicas se recitan, sí, en alabanza a María pero con un fin particular: el de ser liberados de cualquier tribulación.
Son eficaces para ser defendidos de muchos peligros y desgracias inminentes.
8. En señal de ello concluyen con la siguiente invocación:
V/ Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
V/ Dignate recibir mis alabanzas, Virgen sagrada.
R/ Dame fortaleza contra tus enemigos.
V/ Señor escucha mi oración.
R/ Y mi clamor llegue hasta ti.
Oremos
Te rogamos, Señor Dios por la intercesión de la bienaventurada y gloriosa Virgen María y todos tus Santos, defiendas de toda adversidad nuestra Casa y la protejas de todas las asechanzas de los enemigos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
9. Te recomiendo usarlas diariamente.
Serás feliz y sentirás la necesidad de dar gracias al Señor por la Orden Dominicana que nos las ha conservado y transmitido.
Sé que algunas personas las rezan diariamente por las vocaciones a la orden de Santo Domingo.
Son eficaces porque no es posible que una invocación tan bella y prolongada a la Madre de Dios no pueda transformar muchas situaciones hasta hacerlas capaces de recibir tan precioso don de Dios.
Te deseo todo lo mejor, te bendigo y te recuerdo en mis oraciones.
Padre Angelo