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Pregunta
Querido Padre Angelo,
Soy del Camino Neocatecumenal y esta tarde pasada tomé la Comunión bajo las dos especies.
Sucedió que mientras comía el Cuerpo de Cristo se me cayó una migaja y viendo que por el color del suelo no era posible verla y para encontrarla hubiera tenido que palpar el suelo debajo de mí, la dejé allí a pesar de que había oído que hay que intentar recuperar las migajas cuando caen.
Y la cosa no acabó ahí. Después de beber la Sangre de Cristo noté en el suelo debajo de mí una gota que muy probablemente era la Sangre de Cristo que se me había caído mientras bebía. También dejé eso ahí.
Quisiera preguntarle si al actuar así he cometido un pecado mortal porque esto me inquieta un poco.
Gracias de antemano y disculpe las molestias
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Respuesta del sacerdote
Querido hermano,
1. Si la Sagrada Comunión se hiciera según las indicaciones de la Iglesia, sostener la bandejilla o un lienzo bajo la barbilla o bajo las manos de los fieles, no se produciría semejante profanación.
Sobre la bandeja de la comunión, he aquí lo que dice la Instrucción Redemptionis sacramentum en el n. 93: “se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento.” (n. 93)» (cf. Missale Romanum, Institutio Generalis, n. 118).
2. Hablas de una migaja y no de un fragmento. Parecería ser que la Misa no hubiera sido celebrada con pan ácimo. Y esto sería sin duda un abuso.
3. En el caso del fragmento, había que tomarlo con el purificador que usaba el sacerdote y luego consumirlo o verterlo en la vinajera que se tenía cerca del sagrario para purificar los dedos de los que distribuían la Sagrada Comunión. Lo mismo debía hacerse también con la gota de la Sangre del Señor.
4. En cambio, se causó una grave profanación porque la Partícula sagrada quedó expuesta a ser pisada o incluso pegada a las suelas de los zapatos.
Es cierto que esta profanación fue totalmente involuntaria.
Pero era voluntario hacer caso omiso de las normas de la Iglesia y obrar de propia iniciativa.
Por lo tanto, existe una responsabilidad.
5. Cuando cayó la migaja habrías tenido que detenerte y detener también a los demás para evitar la profanación.
6. La ansiedad que siguió hizo que no fuera una buena Comunión.
5. Si yo estuviera en su lugar, después me habría confesado y habría seguido las instrucciones del confesor.
6. En adelante acércate a la Sagrada Comunión según las normas prescritas por la Iglesia, aunque esto significara ir en contra de los hábitos contraídos por algunos grupos del Camino.
7. Ten siempre para la Eucaristía la mayor atención y adoración.
Bajo las apariencias del pan y del vino «está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo» (Redemptionis donum 2), «Señor y Gobernante invencible, Sacerdote eterno y Rey del universo» (Ib., 1).
Te encomiendo al Señor y te bendigo.
Padre Angelo