Questo articolo è disponibile anche in:
Italiano
Español
Francés
Alemán
Portugués
Buenos días padre,
quería preguntarle cuál es el significado del pasaje de las Escrituras en el que está escrito que Juan el Bautista “se abstendrá de vino y de bebidas embriagantes”.
A excepción de la misa, ¿Hoy en día, por qué el texto sagrado nos invita a actuar de la misma manera?
Querido hermano,
1. en los tiempos antiguos en Israel quien hacía un voto tenía que abstenerse de afeitarse el pelo, con este acto Dios expresaba en él toda su potencia.
También, tenía que abstenerse de tomar vino y sustancias embriagantes, es decir que no tenía que llevar una vida acomodada.
Los consagrados a Dios también tenían que cumplir dichas normas.
Los consagrados se llamaban nazareos, palabra que precisamente significa separado, consagrado, persona que se abstiene.
2. El nazareo tenía que abstenerse de vino y de las sustancias embriagantes, de vinagre y también de las uvas; no podía afeitarse el pelo a lo largo del periodo de la consagración; no podía acercarse a los difuntos, ni siquiera al cuerpo de su padre o de su madre, bajo el castigo de volver a empezar nuevamente su nazareato, luego de la presentación de varios sacrificios expiatorios (cfr. Nm 6,1ss).
3. Si el voto era temporal , al cabo de ello el nazareo tenía que presentar tres sacrificios; un cordero como holocausto, un cordero en sacrificio por el pecado y un borrego como sacrificio de paz. Luego, al nazareo se le cortaba el pelo para quemarlo en el fuego del sacrificio de paz. En fin, el sacerdote – tras realizar otros gestos rituales – deshacía el nazareo de su voto.
4. Los que hacían votos de forma espontánea cumplían dichas normas sobretodo para obtener la ayuda de Dios y también por penitencia y devoción.
De la misma manera se portaban, aquellos que Dios elegía para que se dedicaran plenamente a su servicio.
Entre ellos recordamos Sansón (Jue13), Samuel (1 Sam 1) y también Juan Bautista (Lc 1,15), a pesar de que el texto sagrado no dice de manera explícita que era un nazareo.
5. Hablando de abstinencia cabe recordar que el vino estaba prohibido al sacerdote durante la función. El nazareo renunciaba al vino para ser más digno de acercarse a Dios. A Él se acercaba con una perfecta lucidez y dominio de sí mismo. Así como el sacerdote, el nazareo también se alejaba de la contaminación de la muerte.
Finalmente, tal y como las piedras del altar no tenían que ser contaminadas por la mano del hombre, de la misma manera estaba prohibido cortarse el pelo, diadema del nazir, centro de la vida o del espíritu de Dios: el pelo permanecía en su estado natural hasta su quemadura que garantizaba su total desaparición sin riesgo de profanación.
Este estilo de vida garantizaba a los que no eran sacerdotes una vida y una santidad que eran un privilegio exclusivo de los sacerdotes.
Además, la abstinencia tenía como objetivo principal una conservación total del cuerpo para realizar el servicio de Dios.
5. Gracias al Bautismo los cristianos, somos consagrados a Dios.
Mediante el compromiso de alejarnos de los pecados (la verdadera muerte), dejamos que Dios exprese su poder sobre nuestra vida.
De la misma manera, con una vida sobria (alejados de una vida acomodada) nos dedicamos cuerpo y alma al servicio de Dios.
6. Eliminar por completo el vino no es lo correcto.
Conscientes de que tenemos que estar “repletos del Espíritu” y que el abuso del vino “nos hace perder el control sobre nosotros mismos” (Ef 5,8) nosotros, los cristianos,debemos permanecer sobrios. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que también el vino es una bendición de Dios que nos ofrece para que los humanos hagamos un buen uso de ello, tanto para favorecer la digestión (San Pablo recomienda a Timoteo que no tome solamente agua, sino también un poco de vino por su estómago y sus frecuentes malestares; 1 Tim 5,23) como para animarnos y alegrar las fiestas porque “el vino alegra el corazón del hombre” (Sal 104,15).
Te deseo lo mejor, te llevo en mis oraciones y te bendigo.
Padre Angelo