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Querido Padre Angelo,
Le quería preguntar ¿por qué el Catecismo para no creyentes se llama así? Leí un pequeño fragmento que usted citó en un artículo y me gustó mucho. Trataba sobre el juicio individual. Muy bonita la manera “real y convincente” en la que se habla. ¿De qué se trata el resto del libro? ¿Es así de realista todo el libro? Si es así seguro lo compro.
Gracias.
Respuesta del sacerdote
Queridísimo,
Antes de hacer juntos una revisión del Catecismo para no creyentes, pienso que es oportuno dar un perfil bibliográfico del autor. Antonin-Gilbert Sertillanges nació en Clermont Ferrand, Francia en 1863. Recibió la educación primaria de los hermanos de las escuelas cristianas y encontró la orden dominica en la persona del padre Ollivier, que predicaba en aquella ciudad.
Entró en la orden de los dominicos el 8 de septiembre de 1883 en España, a causa de las repetidas supresiones de las órdenes religiosas por parte de varios regímenes políticos franceses. Le dieron el nombre de Fray Antonin Dalmace. Después fue enviado a Córcega al convento de Corbara para realizar los estudios filosóficos y teológicos de la orden de los dominicos, tuvo como maestros a dos grandes jóvenes dominicos: Los padres Ambroise Gardeil y Pierre-Felix Mandonnet.
Sertillanges en ese momento de su formación estaba fascinado por la doctrina de Santo Tomás y por su poder de persuasión.
Después de la ordenación sacerdotal en 1888, comenzó enseguida a enseñar en varias instituciones de la orden y de la iglesia. Al mismo tiempo se hacía conocer por sus dotes de predicador.
2. En una famosa prédica, hecha en presencia del cardenal Amette, arzobispo de París y de una gran multitud, hizo algunas críticas a la Nota para los pueblos beligerantes del 1 de agosto de 1917 de Benedicto XV, que a los franceses les parecía filo austríaca. El cardenal y toda la multitud aprobaban el pronunciamiento del padre Sertillanges.
Pero en Roma aquella intervención no fue bien recibida, el cardenal tuvo que sufrir y a Sertillanges le quitaron la predicación.
3. “El cardenal Gasparri, secretario de Estado, pidió para el padre Sertillanges las penas más severas. Al final las autoridades romanas aceptaron esperar la conclusión de la guerra, una vez terminada, Gasparri declaró al rector del Institut Catholique: “Se debe escoger la primera ocasión favorable para alejar al padre Sertillanges del instituto, incluso si tuviéramos que esperar todavía uno o dos años para no irritar a la opinión pública”.
Los cardenales Bisleti, Billot, Mary del Val tenían el mismo parecer.
Envidiado por su éxito como docente, denigrado en la vida privada (con motivo de las repetidas represiones vivía en un apartamento considerado por algunos de lujo) condenado por Roma por su abierto patriotismo, en 1922 fue retirado de su cátedra, después de la muerte del cardenal Amette (1920) y de Benedicto XV (1922).
Exiliado primeramente en Jerusalén… volvió a Europa a un convento dominico en Holanda y luego en Bélgica.
En 1939, la intervención del maestro de la orden, M.- S. Gillet ante Pío XII puso fin al exilio del padre Sertillanges.
Había aceptado su prueba con paciencia y sin murmurar, pero no sin un gran sufrimiento moral.
Volvió a París anciano y físicamente desgastado para dedicarse con todas sus fuerzas a un apostolado intelectual basado en la predicación y apologética en “diálogo con la cultura moderna” (A. Laffay, presentación del catecismo para no creyentes, pp. 8-9). El 26 de julio de 1948 murió a la edad de 85 años.
4. En el catecismo,el padre Sertillanges retoma los temas tratados en varias de sus obras. Pero con respecto a tales obras, el catecismo ofrece la ventaja de que usa la forma simple y pedagógica, de las preguntas y respuestas. Un anónimo, un hombre de buena voluntad, el no creyente del título de la obra, hace las preguntas y el padre Sertillanges responde sin eludir las dificultades. Todo eso podría parecer artificial, sin embargo el diálogo está bien logrado.
Hay dos factores que contribuyen para que sea así, en primer lugar, las preguntas son preguntas de veras, comenzando por la primera: ¿Es obligatorio informarse sobre la existencia de Dios? Después, Sertillanges no esquiva las dificultades y pone en boca de su interlocutor no sólo las cuestiones sino también las objeciones a sus conceptos. Invitado a recitar el Padre nuestro, antes de toda la discusión, el no creyente objeta que aún no puede rezar así (lb., p. 12).
5. Entonces – dice el padre- reza esta oración: el Padrenuestro de los no creyentes.
Padre nuestro,si existes, no dudo en dirigirme a ti
Si existes, tu nombre sea santificado
Si existes, tu Reino es el orden y también tu esplendor: venga tu Reino.
Si existes, tu voluntad es la ley de los mundos y de las almas: hágase tu voluntad en todos nosotros, en todas las cosas, en la tierra como en el cielo.
Si existes, danos el pan de cada día, el pan de la verdad, de la sabiduría, el pan de la alegría, el pan fundamental que ha sido prometido a quién puede reconocerlo.
Si existes, he cometido graves pecados en tu contra, dígnate de perdonarme, así como yo mismo perdono de corazón a aquellos que están en deuda conmigo. Para el futuro no me abandones en la tentación y líbrame del mal” (Catecismo para no creyentes, p. 19.)
6. Para hacer una verdadera síntesis dogmática, el autor ha seguido muy de cerca el orden que Santo Tomás ofrece en la primera y en la tercera parte de la Suma teológica. La parte central de la obra de Aquino, es decir la cuestión del actuar cristiano, la moral, que es la más olvidada. El propósito de Sertillanges es claro: el cristianismo no es una moral, un modo de vivir, es una implicación de todo el ser que exige el consenso de la inteligencia y de la voluntad.
El hombre conformará el propio actuar a la moral evangélica solo si precedentemente ha adherido a la fe cristiana. En esta obra se trata principalmente de esta condición preliminar. ” (Ib., p. 13).
7. El presentador de esta última edición del catecismo para no creyentes, A. Laffat, revela algunas lagunas: “la persona de Jesucristo parece poco presente, la Sagrada escritura se cita poco, abundan referencias de autores modernos, esto no pone al interlocutor delante de la Cruz y el misterio de Cristo, ni invoca directamente el uso de la escritura. Por el contrario esto supone ponerse al mismo nivel del interlocutor con la certeza – basada en la razón – que ni el hombre ni el mundo podrían existir si Dios no existiera” (Ib., p.13).
Pero no hay que olvidar que se trata de una obra apologética, persuasiva y convincente para los no creyentes y no sólo para aquellos que ya adhieren a Cristo.
8. En contraportada, en la edición estudio dominico de Bolonia, dice: “este catecismo particular es un intenso y apasionante diálogo entre un creyente y un no creyente acerca de los fundamentos racionales e históricos de la fe cristiana.
Los temas principales son: la existencia de Dios, la providencia, el misterio de la Trinidad y de la creación, el pecado original y la Encarnación, la salvación y la gracia, la iglesia y los sacramentos, la muerte, la inmortalidad, el juicio, el infierno, el paraíso y el purgatorio. Incluso los problemas más duros se afrontan con gran claridad y en modo directo.”
Te agradezco por haberme brindado la oportunidad de presentar a esta gran figura y a uno de sus más sobresalientes escritos.
Te bendigo y oro por ti.
Padre Angelo