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Gracias padre, por tu respuesta, es por eso que adoro la Orden Dominica: por la búsqueda de la verdad.
Ayer tuve una reunión en la parroquia de mi pueblo y nuestro párroco comentando el evangelio de Mateo, en el pasaje en que el ángel se aparece a José indicándole lo que debe hacer, dijo que el autor sagrado cuando no sabe dar respuestas racionales saca a relucir a los ángeles que en realidad no existen.
Luego otro sacerdote comentando la anunciación del ángel Gabriel a María, dijo que no debemos imaginar al ángel con las alas, pues es solo un hombre y ángel es solamente un modo de decir, por eso cuando una persona se comporta bien decimos que es un ángel (por ejemplo la esposa que te trae el café por las mañanas) y quien se porta mal es un diablo.
Al escuchar todas estas cosas sentí rabia y dolor en las vísceras.
Respuesta del sacerdote
Muy querido,
1. los testimonios acerca de la presencia de los ángeles en la Sagrada Escritura son innumerables. Se los menciona desde el principio hasta el final, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
Justamente en el evangelio de ayer, solemnidad de la Inmaculada concepción de la santa Virgen María, hemos escuchado el pasaje evangélico en el que se dice que «el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo»»(Lc 1, 26-28).
Prosigue luego con el relato del diálogo entre la Virgen y Gabriel.
Ahora bien, si los ángeles no existen, ¿con quién habría hablado la Virgen?
2. También Jesús habla de los ángeles. Por ejemplo cuando dice: «Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras» (Mt 16, 27).
Es de notar la expresión sus ángeles, porque también los demonios son ángeles, pero rebeldes.
3. Toda la vida de Jesús es acompañada por el ministerio de los ángeles.
En la encarnación, es un ángel, (Gabriel) quien da el anuncio a María.
Una vez ocurrida la encarnación, Dios Padre dice del Hijo: «Que todos los ángeles de Dios lo adoren» ( Hebr 1, 6).
Y al nacer, un ángel es quien lo anuncia a los pastores (cfr Lc 2,10-13).
Seguidamente todos juntos los ángeles cantan: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él» (Lc 2,14).
Un ángel advierte a José para que vaya a Egipto. Al regresar le dirá que no se dirija a Belén porque en Judea reinaba Arquelao que era aún peor que su padre.
Los ángeles aparecen al final de las tentaciones en el desierto: «Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo» (Mt 4,11). Un ángel lo anima en su agonía: «Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba» (Lc 22,43).
Cuando es arrestado y uno de los presentes saca la espada para defender a Jesús, el Señor dice: “Jesús le dijo: «Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere. ¿O piensas que no puedo recurrir a mi Padre? Él pondría inmediatamente a mi disposición más de doce legiones de ángeles»” (Mt 26, 52-53).
Son los ángeles los que dan noticia de su resurrección: Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho» (Mc 16,5-7).
“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso” (cfr. Mt 25,31).
4. El magisterio de la Iglesia ha definido como dogma de fe la existencia de los ángeles.
Los cuales están implícitos en el Credo Niceno Constantinopolitano: «Creo en Dios Padre Omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles» .
Las realidades invisibles son los ángeles y las almas humanas.
Lo aclaró con precisión el IV Concilio de Letrán al afirmar que: “El Padre que engendra, el Hijo que nace y el Espíritu Santo que procede: consustanciales, coiguales, coomnipotentes y coeternos; un solo principio de todas las cosas; Creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, espirituales y corporales; que por su omnipotente virtud a la vez desde el principio del tiempo creó de la nada a una y otra criatura, la espiritual y la corporal, es decir, la angélica y la mundana, y después la humana, como común, compuesta de espíritu y de cuerpo. Porque el diablo y demás demonios, por Dios ciertamente fueron creados buenos por naturaleza; mas ellos, por sí mismos, se hicieron malos”(DS 800).
5. Lo afirma nuevamente el Concilio Vaticano I al decir: «Este único Dios verdadero, por su bondad y virtud omnipotente, no con la intención de aumentar su felicidad, ni ciertamente de obtenerla, sino para manifestar su perfección a través de todas las cosas buenas que concede a sus creaturas, por un plan absolutamente libre, «juntamente desde el principio del tiempo creó de la nada a una y otra criatura, la espiritual y la corporal, a saber, la angélica y la mundana, y luego la humana, como constituida a la vez de espíritu y de cuerpo» (DS 3002).
El santo Papa Pablo VI el 30 de junio de 1968 proclamando en el Credo del pueblo de Dios las verdades que de la fe cristiana no admiten discusión, justamente en la primera afirmación dice: “Creemos en un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Creador de las cosas visibles, como es este mundo en que pasamos nuestra breve vida, y de las cosas invisibles, como son los espíritus puros, que llamamos también ángeles (cfr. DS 3002), y también Creador, en cada hombre, del alma espiritual e inmortal”.
6. Asimismo la Liturgia de la Iglesia afirma la existencia de los ángeles reservando para ellos algunas fiestas dedicadas, como para Gabriel, Miguel y Rafael (29 de septiembre). Además en todos los prefacios son mencionados los ángeles: “Y nosotros junto a los ángeles y los santos proclamamos el himno de alabanza: Santo, Santo, Santo”.
En ocasiones se mencionan de forma más específica según las diferentes jerarquías: querubines, serafines, tronos, dominaciones, virtudes, principados, potestades, ángeles y arcángeles.
Estas especificaciones querrán significar algo.
Pero desde el comienzo de la celebración eucarística al decir “Confieso ante Dios Todopoderoso”, se continúa diciendo: “Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.»
7. El Catecismo de la iglesia católica dedica varios puntos a los ángeles.
Recuerda primeramente que: “La existencia de seres espirituales, no corporales, que la sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición” (CIC 238).
8. Posteriormente sigue: “En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello” (CIC 330).
Por supuesto que los ángeles en cuanto que son puros espíritus carecen de alas. Pero para hacerse ver de alguna manera tienen que materializarse. Es esta la razón por la que cuando se hacen visibles en la Sagrada Escritura aparecen con alas (cfr. Is 6,2), como para significar que son mensajeros celestiales.
9. Por fin el Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que “Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión.
Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida». Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios” (CIC 336).
10. No se me ha escapado tu primera afirmación: “es por eso que adoro la Orden Dominica: por la búsqueda de la verdad ”.
Así es, el carisma de la Orden dominica está concentrado en su lema: “Veritas”.
Según la revelación que Dios Padre le hizo a Santa Catalina de Siena, la Orden dominica recibió una gracia particular, que se podría hasta llamar gracia de Estado: “con este fin, por mi don extraordinario, le fue concedido (a Santo Domingo) y a sus frailes, comprender la Verdad de mis palabras, y nunca alejarse de la Verdad” (Beato Raimundo de Capua, Santa Catalina de Siena, Legenda maior, n. 205).
Deseando que puedas ser su hijo, como deseas desde hace tiempo, te bendigo y recuerdo en la oración.
Padre Angelo