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Pregunta
Querido padre Angelo,
me atrevo a molestarlo para que me ayude a aclarar dos cuestiones sobre las que no consigo darme una contestación. Me dirijo a usted pues quienes fueran mis guías espirituales están ya con el Padre y con los sacerdotes de mi parroquia no estoy en buenas relaciones, tan es así que desde hace algún tiempo hasta me cuesta mucho participar de la Santa Misa diaria. Este es un doloroso asunto que prefiero no profundizar.
De todas formas sigo pidiéndole al Señor que me dé las fuerzas para perseverar en esta hermosa y santa costumbre. Podría cambiar de parroquia, pero como usted puede bien comprender, a los 80 años, es difícil cambiar.
Mis preguntas son:
Ya hace tiempo que me da vueltas en la cabeza mientras leo el Evangelio, la imagen de Jesús en oración. Y surgen preguntas a las que no sé responder: cómo rezaba? ¿A quién se dirigía? ¿Por qué rezaba?
Cuando me pregunto ¿»a quién se dirigía»? mi pobre mente se confunde. Si Él es la segunda persona de la Trinidad, ¿al rezar se dirige a sí mismo? Siempre he sabido que orar es dirigirse a Dios para pedir ayuda y protección, entonces Jesús cuando oraba a quién se dirigía? Aquí me detengo porque la confusión de mi mente aumenta, mi ignorancia no me permite entender.
La otra pregunta para la que no tengo respuesta es acerca del momento histórico en el que Jesús viene a la tierra para liberarnos del pecado. ¿Por qué justamente en ese período histórico y no antes? ¿Hubo algún motivo específico?
Por favor ayúdeme a dar luz a mi mente, desde ya le agradezco y le envío cordiales saludos.
Giuseppe
Respuesta del sacerdote
Querido Giuseppe,
1.Santo Tomás dice: “la oración es el acto de la razón por el que se suplica a un superior” (Suma teológica,II-II, 83, 10).
Y después de haber dicho que la Personas divinas de por sí no oran, agrega:
“Se dice, a pesar de todo, que el Hijo ruega o que ora, refiriéndose a su naturaleza asumida, esto es, a la humana; y que el Espíritu Santo pide, porque hace que nosotros pidamos” (Ib., ad 1).
2. Hay que recordar que en Cristo estaban presentes las dos naturalezas: la divina y la humana.
“La voluntad divina cumple por sí misma lo que desea, según Sal 134, 6: El Señor hizo cuanto quiso. Pero, por haber en Cristo una voluntad humana, además de la divina, y por no ser aquella capaz de realizar lo que quiere sino mediante la voluntad divina, síguese que a Cristo en cuanto hombre, y por tener voluntad humana, le compete el orar” (Suma teológica, III, 21,1),
Más aún: “Cristo podía hacer todo lo que quería en cuanto Dios, pero no en cuanto hombre, pues, en cuanto hombre no gozaba de la omnipotencia” (Ib., ad 1).
3. Y, no obstante, siendo Dios y hombre, quiso presentar sus oraciones al Padre, no como si fuese impotente, sino para instruirnos a nosotros (Ib.).
Pidió al Padre: “Glorifica a tu Hijo” (Jn 17,1). Cristo deseaba que, después de la pasión, su cuerpo consiguiese la gloria que aún no tenía. Y tal gloria la esperaba del Padre como autor de la misma. Y, por tanto, era conveniente que se la pidiese a Él” (Ib., ad 2).
Sin embargo, “la misma gloria que Cristo pedía para sí por medio de la oración, pertenece a la salvación de los demás. Y, por eso, la oración que hacía por sí mismo era, en cierto modo, una oración en favor de todos los demás” (Ib., ad 3).
4. Además en su oración Cristo pidió al Padre que si hubiese sido posible, ese cáliz pasase de él.
Respecto a ello Santo Tomás escribe: “El haber pedido que el cáliz fuera alejado, ha sido interpretado de diferentes maneras por los Santos Padres”.
San Hilario, por ejemplo, lo interpreta en el sentido que su pasión pasara también a los mártires, es decir que ellos también pudieran vivirla.
Según San Jerónimo, Jesús pidió que el temor de tener que beber del cáliz, no lo asustara.
Según Dionisio de Alejandría, que la muerte no lo detuviera.
5. En su oración Jesús pidió la vida eterna también para nosotros.
Por eso quiso someterse a la pasión y a la muerte: «Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo» (Gv 17,24).
6. Seguramente oró con el Pater. Es su oración, la que rezó en nuestro lugar y la que reza junto a nosotros cada vez que la hacemos nuestra.
7. En fin, me preguntas por qué Jesús quiso venir al mundo justamente en ese momento histórico de 2000 años atrás.
La contestación nos la da la Sagrada Escritura: “Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley…”(Gal 4, 4).
Es decir, cuando las circunstancias fueron oportunas bajo todos los puntos de vista.
La Biblia de Jerusalén comenta: “Esta expresión designa la llegada de los tiempos mesiánicos y escatológicos, que colman la larga espera que duró por siglos, como una medida por fin plena”.
Era el momento en el que todas las profecías referidas a Cristo se cumplían en plenitud.
Te deseo toda suerte de bien, te bendigo y recuerdo en la oración.
Padre Angelo