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Reverendo Padre buenos días.
¿Cómo está?
Le escribo para hacerle dos preguntas sobre los Dogmas.
La primera es más sencilla:
¿Es posible tener una lista completa de todos los Dogmas proclamados como tales por la Iglesia Romana?
La segunda es: en la edad moderna, sé que los Dogmas fueron proclamados como tales por los Pontífices, con actos oficiales (como cuando Pío IX proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción).
Pero, ¿cómo sucedía esto en la antigüedad? Cuando un Concilio Ecuménico definía una doctrina dogmática, ¿había conciencia de que estaba proclamando un Dogma? ¿O se trataba de un proceso?
Es decir: ¿existe un momento preciso y oficial en el que la Trinidad fue proclamada dogma?
¿O no?
Gracias por sus amables respuestas.
Un saludo.
Daniele
Respuesta del sacerdote
Querido Daniele
He leído hoy tu correo electrónico de 21 de noviembre de 2021. Lo siento y te pido disculpas.
Pasando a las preguntas:
1. Los dogmas son emitidos no sólo por el sumo pontífice, sino también por los concilios ecuménicos.
Hay muchos dogmas, es decir, verdades de fe. No sé si se ha hecho un inventario de ellos. Pero no importa porque basta consultar el Denzinger, que es el catálogo de todas las definiciones más importantes del Magisterio de la Iglesia.
Conviene precisar que no todo lo que aparece en el Denzinger es dogma, pero sí Magisterio.
2. Desde los Hechos de los Apóstoles, y precisamente desde el Concilio de Jerusalén que tuvo lugar hacia el año 49, los Apóstoles y sus sucesores (obispos) unidos a Pedro han sido siempre conscientes de pronunciar sentencias vinculantes en materia de fe y moral.
Así lo expresa aquel primer concilio, durante el cual los Apóstoles unidos a Pedro gozaron de la revelación divina: “El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido no imponerles ninguna carga más que las indispensables” (Hch 15,28):
3. El biblista Marco Sales observa: “Al dar este decreto, los Apóstoles no apelan ni a Moisés ni a la ley antigua, sino que, reconociéndose investidos de poder legislativo, hablan y juzgan en su propio nombre.
Confiados, sin embargo, en las promesas de Cristo (Mt 18,18: “Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo”) saben que la sentencia que pronuncian se debe a una asistencia especial del Espíritu Santo y es infalible, por lo que escriben: ‘nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros'».
4. El dogma sobre la Trinidad fue expuesto por primera vez en el símbolo de Atanasio.
Atanasio ya había participado en el Concilio de Nicea en 325 que condenó a Arrio, que de hecho negaba la Trinidad, afirmando que Cristo sería la primera criatura de Dios, pero no Dios.
En cambio, el símbolo niceno-constantinopolitano que recitamos los domingos sobre el Hijo dice que es: “Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero del engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre”.
5. Pero la primera declaración explícita del dogma de la Trinidad se encuentra en el símbolo de Atanasio, que es una bellísima profesión de fe. Es larga y teológicamente perfecta.
En el pasado, los sacerdotes tenían que recitarlo los domingos en la hora prima. Se llama símbolo Quicumque, porque es la primera palabra con la que comienza.
6. Este símbolo se atribuye a Atanasio. Sin embargo, no todos están de acuerdo. Algunos lo atribuyen incluso a san Ambrosio.
En cualquier caso, data de finales del siglo IV y contó con gran aprobación desde el principio.
6. He aquí las primeras expresiones de esta profesión de fe: “
1. Quien quiera salvarse (Quicumque vult salvus esse), * debe poseer ante todo la fe católica:
2. Quien no la conserve íntegra e inviolada * perecerá sin duda para siempre.
3. La fe católica es ésta: * que adoramos a un solo Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad.
4. Sin confundir las personas, * y sin separar la sustancia.
5. Una es la persona del Padre, otra la del Hijo, * y otra la del Espíritu Santo.
6. Pero Padre, Hijo y Espíritu Santo son una sola divinidad, * con igual gloria y majestad coeterna.
7. Tal es el Padre, tal es el Hijo, * tal es el Espíritu Santo.
8. Increado es el Padre, increado es el Hijo, * increado es el Espíritu Santo.
9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, * inmenso el Espíritu Santo.
10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, * eterno el Espíritu Santo.
11. Y, sin embargo, no hay tres eternos, * sino un solo eterno”.
Con el deseo de vivir cada vez más en comunión con las tres Personas divinas, lo que ya es un anticipo del paraíso, te bendigo, te deseo un Año Nuevo 2023 lleno de paz y te recuerdo en la oración.
Padre Angelo