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Buenos días queridísimo padre Angelo,
Quisiera hacerle una pregunta acerca de la preciosísima sangre de Jesús.
El hecho que Jesucristo, Dios encarnado, se hizo verdaderamente hombre, ¿nos permite afirmar que sin lugar a dudas la sangre de Jesús tiene un poder infinito?
Quisiera una respuesta. Gracias.
Respuesta del sacerdote
Muy querido,
1. sí, podemos decirlo sin lugar a dudas, la sangre de Cristo es omnipotente en el sentido que posee un mérito infinito.
Jesús derramó su sangre mediante su naturaleza humana.
Todos los actos por él cumplidos, tenían un único sujeto: su divina persona.
Era Dios quien actuaba mediante el cuerpo humano que había asumido.
Esto otorgó a los actos de Jesús, incluyendo el derramamiento de su sangre, un mérito infinito.
2. En teología se dice que todos los actos de Cristo tienen un valor teándrico.
Teándrico proviene del griego
Theòs, que significa Dios, y anèr, que significa hombre.
Jesús es Dios en su persona. Al mismo tiempo posee dos naturalezas: divina y humana.
3. Jesús sufrió en su naturaleza humana.
Sin embargo su naturaleza humana estaba injertada en su persona divina. Es por ello que todas sus obras tienen un valor y un mérito infinito.
4. Por eso Santo Tomás en el himno Adoro te devote así se expresa: “Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero” (Pie pellicane, Iesu Domine, me immundum munda tuo sanguine, cuius una stilla salvum facere totum mundum quit ab omni scelere).
Una sola gota de la sangre de Cristo alcanza para expiar los pecados de toda la humanidad y obtener cualquier gracia.
5. Es hermoso pensar en los sacerdotes que según una expresión de Santa Catalina de Siena son ministros de la sangre de Cristo.
Es una sangre tan omnipotente que las hace resucitar de la muerte espiritual y otorga la vida eterna de la gracia.
Según San Agustín esta resurrección es una obra más grande y más potente que la misma creación del cielo y la tierra. Porque ésta se concluye en un bien de orden material y finito. Mientras que aquélla, otorga un bien sobrenatural y eterno.
Con el deseo que la sangre de Cristo pueda expresar en nosotros toda su potencialidad, te bendigo y recuerdo en la oración.
Padre Angelo